La votación del parlamento británico ha demostrado la sensatez del electorado británico. Frente a los pronósticos de las encuestas, que anunciaban un parlamento dividido, los votantes han optado por la estabilidad. La mayoría absoluta de Cameron dota al país de otra legislatura conservadora sin problemas.
Esta vez, además, sin necesidad de coalición con los liberal-demócratas. Lo suficiente para que las reformas económicas de su gabinete acaben construyendo una sociedad con crecimiento económico, trabajo (con un desempleo actual del 5,4% en el Reino Unido y un 4% en Inglaterra ¿cómo no votar a Camerón?) y oportunidades en una economía global. En política, los conservadores han alejado el fantasma de la secesión escocesa; porque aunque los del norte han elegido a los nacionalistas para defender sus derechos, a quedado claro que Escocia seguirá siendo parte del Reino Unido.
Una lección de sensatez frente a las utopías anti-europeas, secesionistas o radicales de izquierda. Los laboristas han comprendido que abandonar el centro es abandonar los electores que deciden el Gobierno. Los escoceses se han dado cuenta de que una cosa es la independencia y otra el lobby. Los anti-europeos han aprendido que una cosa es el mitin enfervorecido y otra la votación para hacer gobierno.
Andalucía como ejemplo
Las encuestas españolas pronostican lo mismo que hacían en Inglaterra. Una división en los parlamentos y, en consecuencia, inestabilidad en los Gobiernos que éstos elijan. Susana Díaz está sufriendo en sus propias carnes lo que supone.
Ella dice que tiene que ser la Presidenta andaluza porque así lo ha decidido el electorado. No es verdad. Lo que le ha dicho el electorado es que tiene que gobernar contando con la oposición. Tenía un camino fácil: acordar con el PP que a cambio de su abstención -para que ella fuera Presidenta- los alcaldes después de las elecciones locales andaluzas fueran los de la lista más votada con el acuerdo de los dos partidos principales. Pero, ha decidido ser orgullosa e intentar aislar al PP (Zapaterismo puro), en contra del verdadero mandato del votante andaluz.
¿Insensatez de las encuestas… españolas?
Pero Andalucía es sólo un síntoma de lo que puede ocurrir en otros muchos territorios y en muchos municipios. Eso es lo que anuncian las encuestas sobre el 24 de mayo. Inestabilidad institucional. Acuerdo de coaliciones tripartitas o de más componentes para elegir los gobiernos.
La experiencia de esas soluciones las han sentido los catalanes, los gallegos, los baleáricos,… No han sido un éxito. Todo lo contrario. Por eso lo que anuncian las encuestas es peligroso…
Pero aún así…
Pero aunque los pronósticos electorales se cumplieran, la estabilidad institucional es posible. Basta el acuerdo entre los dos grandes partidos. El que no ha querido hacer Susana Díaz. El de asegurar el nombramiento de los Gobiernos para el partido más votado. A la insensatez de las encuestas, hay que contraponer la sensatez de los votados.
Quedan pocos días para despejar estas incógnitas. Saber si los votantes quieren estabilidad institucional votando mayorías absolutas o casi; o quieren estabilidad institucional gracias a la sensatez de los elegidos. En todo caso piden sensatez. Lo contrario sería pensar que los españoles están locos y desde la transición han demostrado todo lo contrario.