Un comunicado del Arzobispado subrayaba entonces que se produjo «un prolongado y fraterno diálogo, con el fin de asegurar la atención pastoral integral al mundo de la marginación al que de modo preferente han venido dedicándose, y dispuestos a superar positivamente el conflicto existente».
Precisamente, a partir de uno de los sacerdotes, Enrique de Castro, y de su gente más cercana, el autor de »Así en la tierra» muestra una Iglesia «comprometida y solidaria, de fe profunda» y su trabajo en favor de los marginados, drogadictos, gitanos, presos, desahuciados e inmigrantes, entre otros.
«Es un pequeño gran rincón de Madrid desde el que se trata de cambiar el mundo sin pretensiones, luchando localmente en batallas concretas y más en esta época de indignación. Es un espacio abierto a todos en el que se vive la solidaridad en su acepción más amplia y en el que se respira pasión y amor en mayúsculas», cuenta Sarrats en una de las páginas del libro.
Además, refleja los cambios sociales vividos en las últimas cuatro décadas en los barrios periféricos de las grandes ciudades, como Vallecas, y las dificultades actuales causadas por la crisis.