«No se les puede obligar a más, pero tampoco a menos», ha indicado a Europa Press el presidente del comité de empresa, Miguel Ángel Muñiz, quien ha recordado a esta agencia que la oferta que presentó Südkabel cuando resultó preadjudicataria de B3 incluía un «mínimo» de siete millones de euros a invertir y el compromiso de mantener cien de los más de 200 puestos de trabajo con que cuenta la factoría camarguesa.
Sin embargo, en el proceso de negociación de la compra-venta, la firma germana alega la existencia de riesgos que tendrían que asumir, como gastos de la Seguridad Social derivados de la extinción de contratos e indemnización de empleados, de ahí que pretendan ofertar un precio de adquisición «por debajo» del comprometido inicialmente.
Ante esto, administradores y comité –que se reunieron ayer– están de acuerdo en que los compradores de B3 «tienen que razonar» y «entender» que no pueden «pasar por debajo» de los límites establecidos. «No se les pide más dinero», ha apostillado Muñiz.
Por ello, desde la fábrica cántabra han dado unos días a los alemanes para que «pensar» su postura, que los trabajadores consideran «entendible», desde el punto de vista de que es una «estrategia» o «jugada» para intentarse ahorrar dinero, pero «no puede ser», han insistido.
Para finalizar, el portavoz del comité ha aludido a la demora que está sufriendo el proceso de adjudicación, y ha señalado al respecto que «el tiempo juega en contra».