La secretaria general de la Federación de Industria de CC.OO. de Madrid, Mercedes González, ha destacado que el convenio «da estabilidad» durante los próximos dos años, que prevé «críticos», mientras el secretario general de Metal, Construcción y Afines de UGT Madrid, Mariano Hoya, ha señalado que aporta «seguridad a empresas y trabajadores».
González ha manifestado que están «muy satisfechos», ya que aunque el marco de negociación «no era el más adecuado» para los sindicatos por la crisis económica y la desregulación laboral, con el nuevo convenio no solo no se pierde ningún derecho sino que además se gana en algunos de ellos. En concreto, la responsable de CC.OO. de Madrid ha señalado que han conseguido «una subida salarial moderada», al tiempo que ha apuntado que en 2015 esperan que la situación económica sea mejor y «mejorar las condiciones».
Hoya, por su parte, ha destacado también esa «subida salarial moderada» del 0,6 por ciento para cada año, así como que han «mejorado el articulado, que era obsoleto», y los avances en materia de igualdad en un convenio «muy masculinizado». En particular, se ha referido a medidas de igualdad relacionadas con los derechos para la maternidad y la lactancia.
Ambos han subrayado además que con este convenio se da protección jurídica a cerca 100.000 trabajadores metalúrgicos de la Comunidad Autónoma y se elimina el efecto de la ultraactividad de la reforma laboral que, de no haberse alcanzado este acuerdo, hubiese supuesto un elemento de incertidumbre jurídica e incremento de la conflictividad laboral.
González ha desvinculado la firma del convenio del acuerdo alcanzado por la patronal y los sindicatos, tanto a nivel nacional como autonómico, sobre la ultraactividad de los convenios colectivos, al indicar que ya habían conseguido un preacuerdo en mayo, justo antes de que se llegara al acuerdo nacional, habiendo iniciado las negociaciones en febrero.
Con la firma de este lunes, en palabras de Hoya, se ha «conseguido desbloquear un convenio referente en la Comunidad de Madrid», porque «el metal siempre ha marcado la línea de actuación», gracias a la «responsabilidad» que caracteriza a los agentes sociales, «cediendo todos un poco».
Para Hoya, se trata de «un buen convenio en momentos de extrema dificultad», cuando se han perdido en torno a 50.000 empleos desde el inicio de la crisis, quedando menos de 100.000 trabajadores en el sector y 10.000 empresas, al tiempo que ha defendido que «un país sin una industria fuerte es débil», al igual que una comunidad autónoma, y ha llamado a los poderes públicos a que hagan «una apuesta por la industria».
La patronal AECIM ha señalado que los ejes del convenio colectivo son «moderación salarial y mayor flexibilidad». En cuanto a la moderación salarial, destaca que se acuerda un incremento salarial del 0,6 por ciento para cada año, que el plus de toxicidad queda vinculado a su reconocimiento en la evaluación de riesgos de cada puesto de trabajo y que se suprime el plus de distancia, lo que los sindicatos consideran una ganancia, porque estaba «obsoleto».
Con respecto a la flexibilidad, señala que el calendario laboral podrá fijarse por la empresa aunque no se alcance un acuerdo con los trabajadores, que el horario se fijará por la empresa en cada ejercicio en función de las necesidades productivas o económicas, que el preaviso de la jornada irregular se reduce a 5 días y que el teletrabajo podrá pactarse por la empresa con cada trabajador.
Igualmente, subraya el mayor control del absentismo, ya que a partir de la fecha de aplicación de este convenio todos los trabajadores deberán acreditar la asistencia a médicos especialistas con hora de entrada y salida de la consulta, así como los avances en el tema de igualdad contemplados en la ley como la asistencia al médico de cabecera con hijos menores de 14 años y discapacitados o la acumulación del período de lactancia.
Se integra en este convenio lo acordado en el Acuerdo Marco del sector metal, en materia de régimen disciplinario o contratación, entre otros, donde se incorpora una mayor flexibilidad y duración en los contratos de obra o servicio.
Pero, para AECIM, el mayor elemento de flexibilidad se encuentra en la nueva dosificación profesional por grupos, donde se presenta una mayor movilidad funcional al mismo tiempo que se establece un período transitorio de 5 años para evitar deslizamientos salariales que en todo caso podrán absorberse y compensarse al cien por cien.