Francisco se ha dirigido a los jóvenes reunidos en la Plaza de San Pedro que hayan recibido una llamada del corazón para ser sacerdotes. «Dónde se venden las entradas para ser sacerdotes?» les ha preguntado al tiempo que ha afirmado que es Jesús quien lo ha puesto en su corazón.
En su catequesis, que ha centrado en el matrimonio y la ordenación, ha subrayado que los que reciben el sacramento de la ordenación deben «poner la propia autoridad al servicio» porque para eso han sido dispuestos como «jefes de la comunidad». «Los ministros que son elegidos y consagrados para este servicio alargan en el tiempo la presencia de Jesús», ha comentado.
Por otro lado, ha explicado que el obispo que no reza, que no celebra todos los días, que no escucha la palabra de Dios, que no se confiesa «no hace bien» y ha destacado que otra característica de los que se ordenan sacerdotes es «el amor apasionado por la Iglesia» porque un cura debe «pacer con amor, sino, no sirve».
Al final de la audiencia general, el Papa ha elogiado a los presentes por su valentía al venir a la audiencia general en la Plaza de San Pedro con la lluvia que quiere mandarles fuera.