El papa Francisco celebró hoy la misa dominical en la iglesia de la Inmaculada en Bakú ante la comunidad salesiana, la única presente y que representa a los cerca 700 católicos que viven en este país musulmán.
La misa en el centro de los salesianos fue el primer acto de Francisco en Bakú, donde llegó después de dos días en Georgia y donde permanecerá tan sólo diez horas antes de regresar a Roma.
Ante esta comunidad de salesianos, que representan a los cerca 700 fieles católicos de este país donde el 90 % don musulmanes. Francisco se presentó como si fuera hoy un sencillo párroco.
Una misa sencilla ante cerca de unas 400 personas, prácticamente la entera comunidad, con coros acompañadas de guitarras y flautas como en cualquier parroquia.
Francisco ofició en inglés, el idioma que utilizan para comunicarse los salesianos y las religiosas que viven en Bakú, aunque la homilía la pronunció en italiano y se tradujo en azerí para los fieles.
La comunidad salesiana de la capital georgiana se compone de siete sacerdotes y desde hace un año trabajan dos religiosas de la orden de las Hijas de Maria Auxiliadora, que llegaron de Eslovaquia, y también están presentes misioneras de la Caridad, las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta.
A ellos, Francisco les recordó la misión de «servicio» de los fieles católicos, que recordó «es un estilo de vida, más aún, resume en sí todo el estilo de vida cristiana: servir a Dios en la adoración y la oración; estar abiertos y disponibles; amar concretamente al prójimo; trabajar con entusiasmo por el bien común».
Francisco puso el ejemplo de la elaboración de alfombras, típicas en este país, y les dijo que en su «hermosa comunidad, cada uno de vosotros es como un espléndido hilo de seda, pero sólo si los distintos hilos están bien entrelazados crean una bella composición; solos, no sirven».
Francisco concluyó instándoles a «permanecer siempre unidos, viviendo humildemente en caridad y alegría».
Las relaciones de los católicos con las autoridades religiosas y políticas del país son buenas y vivieron un nuevo impulso con la visita de Juan Pablo II en 2002.
El entonces presidente Heydar Aliyev regaló un terreno para la construcción de esta nueva iglesia de la Inmaculada, pero además los salesianos gestionan un colegio y un comedor para necesitados.
Pobre y abandonada
El papa Francisco dijo que algunos no entenderán porque ha llegado hoy hasta Bakú para visitar a la pequeña comunidad de católicos formada de 700 personas en el país, al terminar la misa que celebró en la iglesia de la Inmaculada en la capital georgiana. «Algunos pensarán que el papa pierde tiempo y no entenderán que recorra tantos kilómetros para visitar una pequeña comunidad de 700 personas en un país de dos millones». Pero justificó esta celebración en una pequeña parroquia al asegurar que «el papa imita al espíritu santo y también él ha bajado del cielo para visitar a una pequeña comunidad, como la que estaba encerrada en el cenáculo».
«Aquella comunidad que sentía pobre y abandonada, pero el espíritu santo le dio fuerza para ir adelante en el nombre de Jesús», agregó. «El papa pierde tiempo como hizo el Espíritu Santo hace tiempo», expresó.
Y se despidió pidiendo a esta comunidad de salesianos, la única presente en Bakú, que sigan adelante «sin miedo».