López, de 34 años de edad y con problemas de depresión, ansiedad y trastornos del sueño, abrió fuego el 1 de abril contra sus compañeros de la base y mató a tres de ellos antes de suicidarse. Además, otras 16 personas resultaron heridas en el tiroteo.
«Debemos honrar sus vidas no con palabras, sino con acciones y con la verdad», ha declarado Obama en el funeral, celebrado en las propias instalaciones militares. «Debemos honrar a estos hombres haciendo más para cuidar de nuestros compatriotas con enfermedades mentales, sean civiles o militares», ha añadido.
El mandatario, «comandante en jefe» de Estados Unidos, se ha comprometido a trabajar por los militares «que sufren», para darles «la asistencia que necesitan» y no «estigmatizar» a aquellos suficientemente «valientes» para buscar ayuda, informa el portal »Político».
Obama ha lamentado la «devastación» que deben estar atravesando las familias de los fallecidos y ha prometido para todas ellas el apoyo «del Ejército y la nación». También ha tenido un mensaje para los hijos de las víctimas: «Vivimos en un mundo peligroso y vuestros padres cumplieron con su deber para manteneros y mantenernos a salvo».
El tiroteo de la semana pasada ha devuelto a Fort Hood la tragedia que ya vivió en 2009, cuando un psiquiatra militar mató a 13 muertos. El presidente ha reconocido que «esta tragedia reabre la herida».