En un comunicado, Lissavetzky ha defendido este criterio a desplegar en la empresa municipal tras observar que el anteproyecto de reforma de la administración local que ha planteado el Gobierno central contiene una disposición adicional que indica claramente que cualquier empresa municipal con déficit será clausurada en un plazo aproximado de dos años. Al respecto, señala que la sociedad registra una deuda de 600 millones.
«Pedimos a Ana Botella que refunde esta empresa municipal y que cambie las prioridades», ha indicado el edil socialista quien se ha mostrado convencido de que la EMVS «sería más eficiente si, en lugar de manejar viviendas en propiedad, apostase por el arrendamiento de los pisos».
En relación con los planes del Gobierno local de venta de inmuebles que constituyen patrimonio municipal, el concejal socialista ha señalado que precisamente dicho patrimonio podría constituir la base de una potente política de alquiler. A su juicio, la alcaldesa «trata de hacer caja de manera irresponsable con el patrimonio de la EMVS» y desatiende la apuesta fundamental de alquiler de pisos», ha indicado el concejal.
«Esa es una política negativa con un tema muy sensible y la verdad ni es pan para hoy aunque sí seguro que será hambre para mañana. Por ello le pedimos a Ana Botella que rectifique su política de vivienda porque en la EMVS debe primar lo social», ha espetado Lissavetzky.