Así lo han asegurado desde la Fundación Oso Pardo (FOP) ha había pedido a la Junta de Castilla y León información sobre si se autorizan cacerías con rehalas o perros de agarre en los citados cotos de zonas oseras tras la muerte del oso que resultó herido en Guardo cuya necropsia señalaba la presencia de mordiscos y desgarros en el cuerpo del ejemplar.
«Hemos recibido contestación desde los Servicios Territoriales de León y Palencia, señalándonos que en ninguno de los lugares indicados se han autorizado cacerías con perros de estas características», han precisado las mismas fuentes.
En este sentido, la FOP ha considerado «prudente» esperar a los resultados de los análisis, incluidos los toxicológicos, y a la necropsia definitiva, para «interpretar más adecuadamente» lo sucedido con este oso.