La también presidenta del Consejo Municipal de Gràcia ha reprochado que «el plan llega muy tarde, porque mientras el Gobierno dilataba su aprobación se han concedido en Gràcia licencias para pasar de 256 a 1.085 pisos turísticos en tres años».
«Hay que abordar el fenómeno turístico desde una óptica global, sin medidas parciales que sólo sirven de parche», ha aseverado, y ha defendido que la ciudad necesita un plan que limite la apertura todos los tipos de alojamiento turístico.