Hasta ahora, este organismo de la administración sanitaria, encargada de promover la defensa de los derechos y los deberes de los usuarios, dependía directamente de la Conselleria de Salud, Familia y Bienestar Social.
Desde el Govern han señalado que las actividades desarrolladas por la Oficina del Defensor de los Usuarios en los últimos años en muchas ocasiones eran desempeñadas por los mismos servicios de atención de los diferentes centros asistenciales del sistema sanitario.
Así, han asegurado que los propios servicios de atención se encargaban de resolver las reclamaciones y las quejas en materia de funcionamiento de los servicios sanitarios y que sólo una «ínfima» parte del total llegaban a la Oficina del Defensor.
El Govern decidió suprimir la Oficina del Defensor de los Usuarios dentro de su política de racionalización del sector público.