Los especialistas se trasladaron al lugar y comprobaron que los explosivos, hallados en una caseta que se utilizaba en décadas pasadas como polvorín de una cantera de extracción de áridos, se encontraban en estado de avanzado deterioro.
Se trataba concretamente de dos carretes de cordón detonante, dos detonadores eléctricos, dos detonadores pirotécnicos y 25 metros de mecha lenta.
Con las reglamentarias medidas de seguridad, el material fue destruido de manera controlada. La Guardia Civil ha recordado que, ante el hallazgo de este u otros tipos de munición y artefactos o material explosivo, los ciudadanos deben abstenerse de desplazar, modificar o manipular los mismos, debido a las especiales características, ya de por sí inestables. La actuación debe limitarse, han apuntado, a comunicar su avistamiento a la Guardia Civil-062 o al 112.