Según informan en un comunicado de prensa, en las alegaciones presentadas «se hace una crítica al procedimiento de participación y a la construcción de grandes embalses y masiva ampliación de regadíos cuando no hay recursos para acometerlos (ni hídricos ni financieros) y sin que se haya evaluado adecuadamente la disminución de los mismos debido al cambio climático».
Por otro lado se critica «la falta de evaluación del estado de más del 30 por ciento de las masas de agua en la Cuenca del Ebro y se hace especial hincapié en la mísera asignación de caudales ambientales en los pocos puntos donde se establecen».
Así «menos del 10 por ciento de las masas tienen asignado un caudal »ecológico» que se concreta en la mayor parte de los casos a partir del caudal sobrante una vez se han aplicado los balances hídricos necesarios para poder abastecer las demandas actuales y futuras de los diferentes usos productivos contemplados en el Plan».
Con todas estas premisas, finalizan, la propuesta de revisión del Plan Hidrológico 2015-2021 «da como resultado un retroceso en cuanto a la realización de una Planificación hidrológica sostenible y que dé cumplimiento a la Directiva Marco del Agua situando a nuestros ríos muy lejos de preservar el buen estado ecológico y químico que demanda esta directiva europea y la sociedad en su conjunto».