El detenido, albanés de 24 años, cometió los robos entre el 25 de noviembre y el 12 de febrero, y siempre utilizaba el mismo »modus operandi»: vigilar unos días antes un posible objetivo, actuar en la franja horaria de entre las 2.30 y las 3.30 horas para evitar testigos y forzar las persianas con una palanca.
El arrestado, que ha quedado en libertad con cargos tras comparecer ante el juez, se llevaba de los locales el cajetín de la máquina tragaperras, una vez había logrado un escondite discreto en el bosque, manipulaba la máquina para extraer el dinero en metálico, y en total logró 10.000 euros de sus 12 golpes.