Alrededor de la una de la tarde, un operario de la OTA alertó a una patrulla de la Ertzaintza de que había visto en la calle Alameda Urquijo a un joven que portaba un arma. Los agentes localizaron al sospechoso en la calle General Concha, aunque trató de ocultar el arma al percatarse de la presencia.
Los ertzainas pidieron al varón que entregara la pistola y se tumbara en el suelo, pero hizo caso omiso e intentó seguir caminando. Sin embargo, finalmente obedeció las órdenes de los policías y dejó el arma sobre el capó de un coche.
El joven fue detenido y esposado. A continuación, los agentes pudieron comprobar que se trataba de una pistola de aire comprimido de la marca Beretta.
Según se pudo determinar, el arma había sido sustraída minutos antes de una armería de la zona de Indautxu. Al parecer, el detenido había accedido al comercio preguntando por una pistola y le mostraron varias. Poco después entró otro cliente y aprovechó un descuido para salir corriendo con la Beretta.