El Defensor del Paciente se ha hecho eco de esta noticia publicada en los medios de comunicación, y la ha remitido a Ana Mato con el objeto de que investigue qué era exactamente lo que inyectaba a los niños.
Este organismo ha lamentado que la mujer «quede sin castigo» por la cantidad que estafaba, y que no se haya contemplado en este caso el delito de lesiones. «No hay que olvidar que pinchaba a los niños sin necesidad», ha apostillado.
Asimismo, ha pedido que no vuelva a ejercer «jamás», porque «quien es capaz de lucrarse con niños, es capaz de todo». «¿Quien controlaba a esta señora?», se ha preguntado, y ha respondido: «es demostración inequívoca de que cada uno campa a sus anchas en la sanidad sin que nadie tome medidas».
La pediatra tenía plaza en Carlet desde hace cinco años. El centro de salud dio parte a la Conselleria que la trasladó en primer lugar a otro municipio, Algemesí, y actualmente se encuentra relegada de sus funciones hasta que se resuelva en la vía penal el caso.