»Gitanjali» es, según informaron a Europa Press fuentes de la editorial, una obra «magistral» que el autor reescribió en inglés y que le dio a conocer en Occidente tras la concesión del galardón sueco hace ahora un siglo.
Traducido por Zenobia Camprubí, con prólogo del poeta y dramaturgo irlandés William Butler Yeats e ilustraciones del pintor, dibujante y gravador Manuel Alcorlo, la reedición de esta «obra maestra» publicada en otoño de 1912 y considerada «indispensable» en el panorama de las letras universales formará parte de la colección Ilustrados Cálamo, creada por este sello editorial el pasado año y donde ya han aparecido obras de Carmen Laforet, Antonio Machado y Franz Kafka.
A la presentación del libro conmemorativo acudirán el director de la Casa de la India, Guillermo Rodríguez; el editor de Cálamo, José Ángel Zapatero, y el poeta y crítico literario César Augusto Ayuso; en este acto el público podrá ver una primera edición de »Gitanjali» que conserva Casa de la India.
TAGORE
Cuando la Academia Sueca concedió en 1913 el Premio Nobel de Literatura a Tagore, el primer escritor no europeo en obtenerlo, subrayó su voz «sensitiva, fresca y hermosa, de una destreza consumada» así como su capacidad para unir su propio «pensamiento poético» a la tradición occidental.
»Gitanjali», una serie de prosas breves que el propio autor seleccionó entre su obra en bengalí y que él mismo tradujo al inglés, fue decisivo para la concesión de este galardón y para que la obra de Tagore «superase fronteras».
Tagore, el escritor indio más importante de la época colonial, nació en una familia acomodada e intelectual, escribió en lengua bengalí aunque estudió en Inglaterra y desde su juventud conocía el idioma inglés.
Esta circunstancia fue determinante para su empeño en el diálogo y la síntesis entre las culturas occidental y oriental, labor a la que se dedicó en viajes y conferencias con las que recorrió todo el mundo.
Es autor de un centenar de libros de poesía, novela, cuento y teatro, así como de canciones populares y la religiosidad, el amor por la naturaleza y el sentido profundo de la existencia impregnan toda su obra, que en su mayoría fue traducida al castellano por Zenobia Camprubí, secundada por su marido, Juan Ramón Jiménez.