«Deben pedir perdón aquellos que mintieron a los gallegos que les otorgaron su confianza, que mantuvieron un modelo de negocio que no era sostenible y los que quisieron reordenar el sector de acuerdo con intereses personales», ha proclamado el presidente gallego, quien ha admitido la gravedad de la comercialización de preferentes.
Con todo, al igual que en otras comparecencias públicas, se ha reafirmado en que la Administración autonómica, «ni la anterior ni la actual», es «responsable» de esta cuestión y ha reivindicado el paso adelante de su Gobierno con la puesta en marcha del arbitraje, que ha permitido «recuperar el cien por cien de sus ahorros» a parte de los afectados.