La alcaldesa, Ada Colau, ha explicado en rueda de prensa que su intención es ofrecer actividades fruto de la participación y la implicación ciudadana y «más coherentes con la ciudad mediterránea que es Barcelona y más sostenibles».
Ha dicho que apuestan por actividades que atraigan un gran flujo de gente pero que tengan un carácter más público y orientadas a las familias, y ha defendido que la pista de hielo era poco sostenible y «privatizaba el espacio público» al ser de pago.
El comisionado de Comercio, Consumo y Mercados, Miquel Ortega, ha pedido a las asociaciones de comerciantes representativas del sector –también a Fundació Barcelona Comerç, que instalaba la pista BarGelona– que colaboren en el cambio de orientación y aporten propuestas.
Las nuevas actividades se sumarán a la tradicional iluminación y ornamentación navideña, que organizan los distintos ejes comerciales con la colaboración del Ayuntamiento.
REACCIONES
El portavoz de CiU, Joaquim Forn, ha criticado en declaraciones a los periodistas que la pista de hielo fue iniciativa de los comerciantes y que atraía a una gran afluencia de personas, y ha dicho que el equipo de Colau se ha convertido en el «gobierno del »no».
El líder de ERC en el consistorio, Alfred Bosch, ha recordado que su partido ya rechazaba la pista de hielo y que apostaba por «encontrar ideas mejores para dar vida a la plaza Catalunya durante las fiestas navideñas».
El concejal de C»s Paco Sierra se ha mostrado partidario de la pista de hielo, pero ha dicho que el partido «no ve con malos ojos» abrir un proceso participativo con los comerciantes para buscar alternativas.
El líder municipal del PSC, Jaume Collboni, ha dicho que la iniciativa era un éxito de público, pero ha apostado por buscar alternativas que «cumplan el mismo objetivo sin hacer actuaciones que sean tan invasivas con el espacio público y dudosa desde el punto de vista de la sostenibilidad».