Este centro lleva meses preparando la implantación de esta figura, que nace para instaurar una figura interna mediadora que arbitre en los conflictos que se puedan generar en el día a día del colegio.
Es el encargado de vigilar, intervenir y denunciar los posibles casos de acoso que se puedan producir en el colegio. Su competencia se extiende además a Internet para evitar también el ciberbuylling.
Para elegir al encargado de esta función en el colegio han tenido en cuenta que fuera un profesional que tuviera buena relación con el alumnado y gran capacidad de mediación. El Defensor del Estudiante está apoyado por todo el equipo de psicólogos del centro y cuenta con conocimientos y formación específica para resolver conflictos de acoso.
«Las posibles víctimas tienen que saber que no están solas, que no tienen que callar y que nosotros les defenderemos», ha explicado la directora del centro, María Díaz.
Su misión, una vez detectado un problema con un alumno, será la de hablar con los estudiantes implicados, sus padres y sus profesores, para encontrar soluciones desde diferentes puntos de vista y en su caso, recomendar a los padres la actuación de algún profesional que corrija o mejore sus comportamientos.
Una forma de facilitar que los alumnos se animen a poner en conocimiento este tipo de casos ha sido la instalación de un buzón para realizar denuncias anónimas, que se investigarán a fondo.