Con una envergadura (distancia entre ala y ala) de 73,3 metros, una longitud de 68,96 metros y capacidad para transportar hasta 150 toneladas de mercancías, el aeropuerto ha tenido que acotar una parte de la plataforma para que pudiera estacionar y cargar, con el apoyo de una grúa, una serie de piezas de grandes dimensiones.
La última visita del Antonov 124 al aeropuerto de Sevilla se produjo a mediados del pasado enero, cuando se estableció un dispositivo similar para la carga y el transporte de varios centros de control destinados a centrales eléctricas niponas.
Este carguero ha operado en otras ocasiones en el aeródromo sevillano, coincidiendo con la celebración de importantes eventos, como el montaje de algunos de los pabellones que se instalaron en el recinto de la Exposición Universal de 1992.