La duración de la batería se ha convertido en uno de los mayores problemas para todos los smartphones y ordenadores portátiles, además de otros dispositivos. Es un asunto común, ya que pueden integrar desde el widget más simple al más complejo, sin embargo, rara vez consiguen sobrepasar las 24 horas de autonomía a pleno rendimiento. Este impedimento está a punto de llegar a su fin: científicos de la Universidad de Cambridge han desarrollado una nueva pila que multiplica por cinco la densidad energética de las actuales de iones de litio.
Los investigadores han ideado un prototipo de litio-azufre de nueva generación. El modelo solventa la degradación, causada por la pérdida de material dentro de ella. Es el principal obstáculo de las baterías que venían desarrollándose hasta la actualidad. No era la obsolescencia programada -que también-, sino que las pilas de los aparatos portables sufrían un mayor desgaste que el resto de sus piezas.
El verdadero avance del proyecto llega del estudio del cuerpo humano. Los descubridores han desarrollado el acumulador inspirándose en unas vellosidades en forma de dedos que se alinean en el intestino delgado. Los pelos absorben los alimentos de la digestión y aumentan el área de superficie sobre la que este proceso puede tener lugar.
En este sentido, las baterías están formadas por pequeños alambres de óxido de zinc, ubicados en uno de los electrodos, que atrapan los fragmentos rotos del material activo y los mantiene electroquímicamente accesibles: permitiendo que puedan seguir siendo utilizados.
Los técnicos de la Universidad de Cambridge, junto con su homólogos del Instituto de Tecnología de Pekín, han descubierto a través del óxido de zinc un material nanoestructurado de peso ligero que se asemeja a las vellosidades que incorpora el cuerpo humano. El componente posee un enlace químico muy eficaz que hace que la batería se pueda utilizar durante más tiempo e incrementa su vida útil.
Por el momento, el nuevo artilugio se encuentra en una fase inicial así que las baterías tardarán algunos años en aplicarse en los dispositivos. “Es un camino muy eficiente para solucionar un problema que nos afecta a todos”, manifesta el jefe del proyecto, Paul Coxon, en el dossier de la investigación. “Todos estamos enganchados a los aparatos electrónicos y con esta novedad funcionarán mejor. Así conseguiremos que nuestra vida sea un poco más agradable”, subraya en el documento.