Robots y humanos cada vez son más parejos. No solo por los avances en inteligencia artificial y las tareas que son capaces de realizar estas máquinas -que también-, sino por la legislación de sus actos como “personas electrónicas”. El pasado jueves los miembros del Comité del Parlamento Europeo para Asuntos Jurídicos aprobaron una moción con el objetivo de garantizar su estatus legal, y ya les otorga la condición de seres artificiales.
“Los robots autónomos más sofisticados podrían recibir el estatus de persona electrónica, con derechos y obligaciones específicas”, expone el propio Parlamento Europeo. Y es que cada vez hay más consenso en este ámbito. De los 21 eurodiputados que forman el comité solo dos votaron en contra, otros dos se abstuvieron y 17 lo hicieron a favor.
El objetivo es estructurarlos en varias categorías. No todos son igual de autónomos ni tienen las mismas capacidades. En este sentido, detentarán una mayor responsabilidad aquellos que posean sistemas más avanzados y se incluirán las acciones dañinas que puedan causar en sus entornos. Será comparable a la personalidad jurídica que permite a las empresas demandar o ser demandadas.
«Cada vez más áreas de nuestra vida cotidiana están afectadas por la robótica. Para abordar esta realidad y garantizar que los robots estén y sigan al servicio de los seres humanos, necesitamos urgentemente crear un marco jurídico europeo sólido», ha argumentado la diputada socialdemócrata y vicepresidenta de la comisión, Mady Delvaux.
La Unión Europea (UE) quiere tomar la delantera en las normas reguladoras para no verse obligada a seguir las establecidas por terceros actores. En la reunión mantenida también se planteó la posibilidad de crear una nueva Agencia Europea de Robótica y un Código de Conducta Ética, así el Parlamento podrá suministrar a las autoridades públicas competencias técnicas, éticas y reglamentarias en esta materia.
El «botón del pánico»
Si bien la UE había acusado a Google de abusar de su posición dominante en el mercado, ahora se pone de su lado en uno de los servicios en los que lleva la delantera. Entre sus primeras recomendaciones para el Código de Conducta Ética se encuentra la de que los fabricantes incluyan interruptores “kill” para que los robots puedan apagarse en caso de emergencia y la multinacional tecnológica ha sido la primera compañía en producirlo.
Deep Mind (filial de Google) anunciaba hace unas semanas el desarrollo de un “botón del pánico”, que desarticula cualquier inteligencia artificial en caso de que pueda sublevarse contra su creador. La herramienta es capaz de anular al instante todo sistema instruido del dispositivo y evita que la máquina siga con una secuencia dañina.
Como toda iniciativa no obliga a la Comisión a llevarla a cabo inmediatamente, pero sí deben exponer sus razones en caso de negarse. La propuesta se votará el próximo mes de febrero en el Parlamento Europeo y, para ser aprobada, deberá conseguir la mayoría absoluta del hemiciclo.