La puerta del domicilio, un cuarto piso del número 5 de la calle Iturriza, se encuentra precintada. En su buzón se puede leer su nombre y entre paréntesis figura su profesión: «Antropólogo».
En declaraciones a Europa Press Televisión, uno de los vecinos del portal ha descrito a su vecino como una persona «mística» e «insociable». «No se trataba con ninguno. Ni te saludaba. Entraba siempre de madrugada y salía a las diez y pico (del día). No se trataba con nadie. No asistía a reuniones y cuando le tocaba ser presidente no había forma de contactar con él, pasaba olímpicamente de todos los cargos y de poder encontrarte y hablar de cualquier obra o lo que fuere. Eso sí, pagaba normal y corriente», ha añadido.
Según este vecino, era una persona que solía regresar a su domicilio «muy tarde», en torno a las dos de la madrugada. La casa, ha explicado, «la tiene llena de aparatos de saltos, y bicicletas estáticas».
También le molestaba «muchísimo», ha explicado el vecino, todos «los follones» que se producen los viernes, sábados y domingos de madrugada en su calle, en la que hay varios locales nocturnos y está la gente fuera. «No te dejan ni dormir ni nada, y eso le molestaba. Les tiraba cosas», ha concluido.