El Mexicano, considerado uno de los cabecillas en España de la banda criminal Mara 18, ha sido detenido por la Policía española en Leganés, Madrid. Esta organización, originaria de El Salvador, se dedicaba al tráfico de drogas y armas, los secuestros exprés y las extorsiones a empresarios y tenía ramificaciones en España.
El Mexicano, llevaba documentación falsa cuando fue detenido, pretendía iniciar las actividades de la banda en España. Esta detención que ha sido posible gracias a la colaboración de la policía española con Honduras y El Salvador.
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Ambos advirtieron a España de que responsables de la Mara 18 en esos países habían dado instrucciones a sus miembros para que pusieran en marcha sus actividades en nuestro país.
La Mara se organiza desde prisión
La Mara 18 tiene varios líderes a nivel internacional que se encuentran interrelacionados entre sí para marcar las directrices por las que debe guiarse la organización. La mayoría de estas personas se encuentran actualmente en prisión, desde donde planifican y organizan la actividad de este grupo.
La investigación sobre las actividades delictivas en España del detenido continúa, así como las desarrolladas en otros países con los que la Policía Nacional mantiene estrechas relaciones de cooperación. El Mexicano ha quedado internado en una cárcel española a la espera de la ejecución de la sentencia condenatoria de expulsión.
Un grupo transnacional: Honduras, Peru, Colombia…
Las Maras surgen en los años 80 en Estados Unidos como consecuencia de los conflictos generados por marginación, los problemas familiares y la delincuencia común hicieron que muchos jóvenes latinos en un país desconocido. Aunque los primeros integrantes de las Maras eran procedentes de El Salvador, en la actualidad se han extendido a países como El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Ecuador, Perú o Colombia.
Actualmente las maras se organizan en un sistema de células territoriales llamadas «clicas», que son agrupaciones de jóvenes de entre 25 y 50 miembros, que hacen del delito su medio de vida.
En concreto, la Mara 18 es una organización criminal de naturaleza transnacional, cuyas principales vías de financiación son las extorsiones, definidas como «el impuesto de la guerra» -que consiste en exigir rentas semanales a empresarios y comerciantes-, el tráfico de estupefacientes, los secuestros exprés, el tráfico de armas, el robo de vehículos o la ocupación de viviendas.