En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se considera probado que José G.M., de 69 años, inició los abusos entre abril y mayo de 2008, cuando condujo a la niña, que entonces tenía 11 años, al piso de la madre del procesado, que se encontraba en un geriátrico, para aprovecharse de ella.
Lo sucedido, según consta en el fallo, ha afectado al estado psicológico de la niña, que ha sufrido «síntomas graves de ansiedad» que requirieron dos ingresos hospitalarios, y tratamiento psicoterapeútico y farmacológico bajo supervisión profesional.
El tribunal ha considerado que el relato de la víctima, hoy una joven de 15 años, «merece todo el crédito» pese a ser la única prueba de cargo directa presentada en el juicio, celebrado el pasado 5 de julio, por sus explicaciones «con el mayor detalle» de lo ocurrido y su testimonio con «sinceridad, firmeza y coherencia», «sin vacilaciones ni contradicciones».