Bideguren ha advertido de la importancia de que «los diques estén rotos en diferentes tramos». «Las puertas está abiertas al pueblo y puede causar más daños», ha dicho.
Para intentar evitarlo, los operarios municipales intentaban, esta mañana, levantar una escollera con los restos de piedras procedentes de los destrozos del espigón, para minimizar los posibles efectos adversos cuando el agua alcance su nivel más alto.