Bethany Thompson, una pequeña de once años, se ha suicido al llegar a casa del colegio, en el porche trasero de su casa, en el estado de Ohio (Estados Unidos). La niña cogió una pistola que sus padres guardaban por motivos de seguridad y se disparó en la cabeza.
La pequeña había superado un cáncer cerebral cuando tenía tres años. Pero, la cirugía para extirpar el tumor le dejó algunos nervios faciales dañados y provocó que su sonrisa quedara torcida.
Sus compañeros de clase convirtieron las secuelas de la enfermedad en motivo de burla. Bethany no soportó el bullyng y decidió poner fin a su vida.
«Ella era mi princesa, mi niña. La vida giraba alrededor de ella para mí», expresa el padre de Bethany, Paul Thompson. Feucht sostiene que días antes del suicidio de su hija había estado hablando con el directivo del colegio, que estaba al tanto de la lamentable realidad, y le dijeron que la situación de ‘bullying’ estaba siendo investigada.
“Creo que ella estaba agotada. Sentía que nadie podía hacer nada por ella (…) La gente tiene que saber que incluso las cosas más pequeñas pueden quebrar a alguien”, contó su madre a los medios locales.
Han recibido apoyo de toda la comunidad, 400 personas se reunieron en una iglesia recaudar fondos para el funeral. La familia planea utilizar los fondos restantes para establecer un fondo de becas en nombre de Bethany y para sensibilizar a la comunidad contra el bullying.