Dicen que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y con las claves de Paul Ekman, quien analiza las microexpresiones de nuestro rostro cuando mentimos, vas a tener más fácil que nunca descubrir si están siendo sinceros, o no, contigo.
Paul Ekman ha participado en el desarrollo de la serie Lie To Me (Miénteme) y en la película Inside Out, que narra la historia de las emociones (alegría, tristeza, ira y asco). Para él las microexpresiones son universales, por lo que siempre aparecen de la misma forma en todas las personas, independientemente de su cultura.
Paul Ekman no confía en las palabras, ya que, según las estadísticas que maneja “una persona normal miente tres veces al hablar cada 10 minutos”, así que prefiere fijarse en los gestos que pueden delatar a un mentiroso como desviar la mirada, cruzarse de brazos y respirar agitadamente.
No hay una señal universal, pero sí existen ciertas señas que se repiten frecuentemente. Atento a las señales más comunes.
1. Tocarse la nariz o taparse la boca
Las personas suelen tocarse la nariz mucho más a menudo cuando mienten. Esto es debido a que la adrenalina aumenta y, al llegar a los capilares en la nariz, causan picor. Asimismo, tienden a taparse inconscientemente la boca como si quieran tapar las mentiras.´
2. Esconder los pulgares
Tener los puños apretados con los pulgares metidos indica malestar. Cuando alguien nos dice enfáticamente que están diciendo la verdad o da muchos detalles sobre algo en particular con los pulgares escondidos, oculta algo, pues este gesto es sinónimo de omitir información.
3. Tocarse el cuello
Las mentiras provocan una sensación de picor u hormigueo en la cara y en el cuello que invitan a rascarse. Por eso, a las personas que les han pillado en la mentira recurren al gesto de tirar del cuello de la camisa.
4. Mirar a cierta dirección y parpadear demasiado
Cuando se recuerdan detalles reales, los ojos suelen moverse hacia la izquierda si la persona es diestra. Cuando alguien diestro inventa una historia, sus ojos se mueven hacia la derecha. Si la persona es zurda, es al contrario. También suelen parpadear más de lo normal si están contando una mentira.
5. Respirar más rápido y tragar saliva
Quien miente suele respirar más deprisa, realizando una serie de respiraciones cortas seguidas de una más profunda, lo que provoca una mayor sequedad que le llevaría a tragar saliva. Asimismo, mentir provoca un aumento de la adrenalina en el cuerpo, lo que hace que se segregue mucha saliva al principio y después no se segregue la suficiente, por lo que es probable sentir la necesidad no solo de tragar saliva sino también de carraspear la garganta.
Es importante desechar la creencia popular que dice que un mentiroso trata de evitar el contacto visual, ya que el ser humano evita el contacto ocular y mira hacia objetos de forma natural para centrarse y recordar. De hecho, se ha demostrado que algunos mentirosos tienden a incrementar el nivel de contacto visual porque está considerado un signo de sinceridad.