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El tiempo es inexorable y cuando los adultos superan la barrera de los 65 años, es posible que requieran de cuidados, mayor atención y hasta de seguir algún tratamiento permanente. Cuando el núcleo familiar o el círculo de amigos no tiene la posibilidad de atender todo eso, las residencias de ancianos pueden ser una solución transversal.
No todas las residencias de ancianos son iguales, aunque presten los mismos servicios, por eso, es posible que en algunas de ellas los ancianos se sientan en plenitud. Como en la Residencia Olimpia, ubicada en el centro de Bilbao y siendo una de las más modernas de su tipo, por lo que escoger la residencia de mayores ideal es casi tan importante como tomar la decisión de ir a vivir allí, de modo que no debe ser un detalle menor o que deba tomarse a la ligera.
La compañía, la atención permanente, la libertad y la promoción de la vida activa o la autonomía, son algunas de las ventajas por las que se debe elegir una residencia de ancianos cuando otras soluciones no ofrezcan las garantías adecuadas para el desarrollo de esta etapa de la vida de los mayores. ¿Qué las diferencia y cómo escoger la mejor?
Ubicación del recinto
Muchas residencias de mayores tienen en común el hecho de quedar alejadas del entramado urbano de su ciudad, sin embargo, muchas de las investigaciones en este campo sugieren que el hecho de que un centro de este tipo se encuentre dentro del tejido social, en una zona céntrica y bien conectada, aporta muchos beneficios de cara a proporcionar un bienestar mayor para los ancianos.
Por eso, siempre que la ubicación sea céntrica, será mucho mejor. Así las conexiones con el resto de la ciudad serán mayores, y las posibilidades de recibir visitas o de tener todo a un par de pasos también, algo que influye de muy buena manera en el ánimo y en la sensación de independencia o de permanecer activos físicamente de los residentes.
Comodidad
Hay diversos tipos de residencias para ancianos. Algunas mantienen el concepto de un hospital, distribuidas para proporcionar los mayores cuidados en el menor tiempo posible, pero restando funcionalidad en servicios como “hacer sentir en casa” a los ancianos.
Otros llevan el concepto hacia un hotel, donde la atención, los servicios en las habitaciones y las actividades de ocio son la rutina de cada día, pudiendo ser una solución interesante para ancianos a los que les gusta compartir y pasar un buen rato siempre.
Finalmente, hay residencias de mayores que son funcionales y modernas, adaptando un estilo que combina todos los anteriores con el concepto de un hogar tranquilo y cálido, donde la atención es brindada desde el punto de vista de ser un amigo cercano, una persona íntima en la vida de los mayores, por lo que la relación es más cercana y las soluciones y servicios son más precisos.
¿Cuál escoger? Dependerá de lo cómodo se sienta el anciano ante cada uno de los conceptos, aunque siempre se valorarán mejor aquellas residencias donde la funcionalidad y los servicios se parezcan más al hecho de estar en casa, con muchas actividades para mantenerse activo, donde los cuidados sean proporcionados en cada momento pero sin que se asocien con “estar dentro de un hospital”, y donde el tejido social, tanto interno como fuera de los límites del recinto, le hagan sentir que forma parte de algo más grande.
Servicios
De nuevo, se deben utilizar las analogías. Los servicios de cuidados de ancianos representan la combinación de los mejores servicios del sector sanitario y asistencial, del sector hotelero, y de los entretenimientos de estar en su propio hogar, todo a la vez. Y cuanto más cercanos y de calidad sean éstos, mejores serán los resultados que podrá experimentar el anciano.
Según las características físicas o de salud, será determinante contar más con unos servicios antes que con otros, pero por una simple cuestión de la edad, siempre será mejor buscar aquellas residencias de mayores donde los servicios y el personal sean variados, multidisciplinarios y personalizados para cada necesidad, para cada adulto mayor.
- Asistencia: el aislamiento y la falta de tiempo para que otros miembros de la familia puedan brindar la asistencia necesaria es una de las razones por las que los ancianos sentirán mejores beneficios estando en un recinto de este tipo. Por eso, la asistencia es uno de los servicios que debe estar siempre dentro del radar de búsqueda. Una asistencia que no sólo debe hacer sentirse acompañados a los ancianos, sino que debe ser brindada por profesionales con mucha experiencia, especialistas en su área. De manera que a través de la calidez, la cercanía, la empatía y la adaptación a cada uno de los usuarios, pueda garantizar la asistencia más directa y constante que se pueda.
- Servicios de salud: esto, que puede parecer imprescindible, a menudo es pasado por alto, ya que es una de las cosas que diferencia a las buenas residencias de mayores de las excepcionales. Aquellas residencias que tienen servicios sanitarios permanentes, especialistas en geriatría, y que ante todas las cosas, primen el bienestar social, físico y emocional del residente, serán mejor considerados. Los servicios de salud permiten garantizar que el anciano siempre estará bien, que cumplirá con sus tratamientos -en caso de que tenga alguno-, que tendrá personal cualificado haciendo las correspondientes revisiones de salud periódicas y recomendando todo lo que le haga sentir bien.
- Actividades: cuantas más se hagan y más variadas sean, mucho mejor. Dejar de estar solos en sus propios hogares para pasar a estar solos en un lugar desconocido, ha sido una de las razones por las que a muchos ancianos no les guste la idea de ir a una residencia de mayores. Sin embargo, no todas son iguales y las actividades, tanto en variedad como en calidad, forman parte de una de las mejores maneras de poder diferenciarlas. Los servicios de las mejores residencias, como los que ofrece la Residencia Olimpia, destacan por tener actividades amparadas en el desarrollo psicosocial de sus residentes, para que puedan seguir disfrutando de su autonomía, mediante la promoción de actividades que potencien su capacidad intelectual, su estado físico y mejoren sus relaciones personales, con lo que se podrán combatir los principales problemas de esta etapa de la vida, como la soledad o el aislamiento, la pérdida de independencia y movilidad, y la pérdida de facultades intelectuales.
Tomar la decisión de mudarse a una residencia de mayores no es algo que deba dejarse al azar. Pero si se escoge bien el lugar, puede ser una de las mejores y más beneficiosas decisiones que se puedan tomar, beneficiando al adulto mayor de una forma definitiva.