Al cumplirse hoy un año desde que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, comunicara que tenía problemas de salud, el gobernante, cuyo estado ha condicionado la vida política del país, prosigue en Cuba su tratamiento contra el cáncer.
El 9 de mayo de 2011 el presidente optó por suspender una gira que le debía llevar por Brasil, Ecuador y Cuba tras golpearse en una rodilla, lo que, según dijo, le provocó un «derrame de líquido».
Atribuyó entonces el percance a una vieja lesión de «los años mozos» que se le había intensificado por la dura dinámica de trabajo de diciembre de 2010 y enero de 2011, cuando el país vivió una emergencia motivada por fuertes lluvias.
«Estoy aquí con los médicos y me han dado reposo absoluto por varios días, todavía no sabemos cuantos, me duele mucho porque eso frena un poco el cuerpo pero el alma jamás será frenada», decía Chávez entonces.
Un mes después, Chávez retomó esa gira, que, marcada por los problemas de salud, le llevó a Cuba para pasar por el quirófano dos veces: una para extraerle un absceso pélvico y otra para operarle de un tumor en la pelvis que aún hoy es un misterio en cuanto a su ubicación exacta y gravedad.
Ahora, pasado un año, sigue en La Habana un tratamiento de radioterapia al que debió someterse después de otra operación, en febrero pasado, para extraerle un nuevo tumor canceroso, recurrencia del primero.
Para el analista Carlos Romero, profesor de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela, el principal elemento que introdujo la enfermedad de Chávez en la realidad social del país fue la constatación de que «todos los hombres son mortales» y que «el presidente Chávez no es superman».
Romero consideró que la enfermedad se convirtió en el elemento que «ha acompañado a todos los venezolanos durante este año» y «ha desplazado en la agenda política el resto de los temas, incluyendo la campaña electoral» para los comicios del 7 de octubre, en los que Chávez busca su tercera reelección y compite con Henrique Capriles, candidato único de la oposición.
Además, en su opinión, la circunstancia de la enfermedad del presidente ha dejado claro que «esto es un régimen estable», que ha seguido con las mismas políticas en ausencia de Chávez.
«En este año se ha demostrado que hay un control del régimen sobre los poderes, no ha habido vacío político, no se ha generado una revuelta a propósito de la enfermedad y ha continuado su política de expropiaciones, de estatizaciones, de excluir a la mitad de los venezolanos», dijo.
Otro elemento relevante, en opinión de Romero, es el respaldo que ha recibido el mandatario de la comunidad internacional, que, dijo, ha reaccionado «en su mayoría abogando por que el presidente Chávez salga de esta circunstancia porque consideran que él es un factor de estabilidad regional».
Mientras, las encuestas dan mayoritariamente una amplia ventaja al presidente sobre Capriles.
La última, difundida hoy por la encuestadora GIS-XXI, dirigida por el exministro Jesse Chacón, asegura que Chávez aventaja a Capriles en 36 puntos y subraya el convencimiento de un 70% de la población de que Chávez será candidato.
La posibilidad de que el presidente no pudiera presentarse a los comicios ha sido y sigue siendo un comentario reiterado en círculos de la oposición, mientras el chavismo ha cerrado filas en torno a su líder como único candidato.
Hoy, la alianza Mesa de la Unidad (MUD) manifestó su rechazo «a cualquier ensayo, escenario o plan» que «puedan estar» manejando dirigentes oficialistas para postergar las elecciones, en un comunicado que aludía a rumores y comentarios que circulan en la calle.
Mientras tanto, Capriles comenzó también hoy una gira que le lleva en su primera etapa por Colombia, donde garantizó el regreso a los compatriotas que tuvieron que abandonar el país durante el Gobierno Chávez si gana las elecciones.
Y del regreso de Chávez aún no se sabe nada, ya que el lunes aseguró que volvería en unos días, aunque sin concretar la fecha.
«Ya en la recta final del tratamiento, en próximos días debo estar de retorno con el favor de Dios para incorporarme progresivamente a la primera línea de batalla», dijo entonces.