El primer país en proceder a esta inmovilización ha sido Italia, después de que la propia compañía confirmara la presencia de partículas de pequeño tamaño en las vacunas que, según han informado, pueden aparecer en el proceso de fabricación.
No obstante, Novartis asegura que no existe ningún riesgo para la salud, al tiempo que evaluaciones internas del laboratorio y los datos clínicos recogidos durante los estudios contra la gripe estacional de 2012-2013 demuestran la seguridad y un perfil inmunógeno similar al de años anteriores.