Nicole Avena, neurocientífico de investigación en el Instituto del Cerebro McKnight de la Universidad de Florida en Estados Unidos, ha afirmado que «la mayoría de las mujeres en edad de procrear en Estados Unidos tienen sobrepeso, muy probablemente debido a que comen en exceso alimentos sabrosos, ricos en grasa y con alto contenido de azúcar».
Los resultados presentados en la 121º Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología, celebrada en Honolulu, Haway, han manifestado que podría existir una correlación entre la cantidad de grasa ingerida por las mujeres durante su embarazo y el abuso de alcohol y drogas de los niños en un futuro.
Los experimentos se han realizado con ratas en un laboratorio, estableciendo una comparación entre las crías de las ratas que comían la alimentación habitual de los roedores y las crías de ratas que se alimentaron con dietas ricas en grasa o alto contenido de azúcar.
Todas las crías durante el embarazo pesaron más que los adultos y bebieron más alcohol, y las de las dietas altas en azúcar además tuvieron respuestas más enérgicas de abusar comúnmente de drogas como la anfetamina.
Nicole Avena examinó experimentos de tres estudios, con una duración de tres meses cada uno, y la participación de entre tres y cuatro ratas hembras adultas y entre diez a doce crías en cada modelo dietético.
Los investigadores compararon el peso y el comportamiento sobre el consumo de drogas entre las crías de ratas alimentadas con dietas ricas en grasas, y la descendencia de ratas que tuvieron una alimentación normal de roedores durante la gestación o la lactancia.
Para determinar los efectos de las dietas de las madres durante la gestación, las crías de ratas alimentadas con dietas ricas en grasas, fueron amamantadas por ratas madres que tomaban comida normal, y viceversa.
La dieta de la madre durante la gestación marca el comportamiento futuro de los hijos
La dieta alta en grasa contenía un 50 por ciento de grasa, 25 por ciento de hidratos de carbono y 25 por ciento de proteína, mientras que la dieta de control refleja una dieta recomendada en humanos, con 25 por ciento de grasa, 50 por ciento de hidratos de carbono y 25 por ciento de proteína, según Avena.
La descendencia de las ratas con dietas altas en grasa durante el embarazo bebió significativamente más alcohol en la edad adulta que las crías de ratas con la dieta normal, mientras que no hubo diferencias en la cantidad media diaria de agua que bebieron o la comida que tomaron.
Las crías de las ratas con la dieta alta en grasas durante el embarazo también tenían niveles significativamente más altos de triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en el torrente sanguíneo que puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón. Los cachorros de ratas alimentadas con dietas con alto contenido en jarabe de maíz de alta fructosa o sacarosa no mostraron diferencias en los triglicéridos en comparación con el grupo de comida regular.
Las ratas gestadas con una alimentación rica en grasas y azúcares tienen más peso y sensibilidad a las drogas
Para comprobar los efectos de las dietas ricas en sacarosa y el jarabe de maíz alto en fructosa, los expertos dieron a un grupo de las ratas embarazadas una dieta diaria de comida regular más una solución de sacarosa al 10 por ciento o una solución de jarabe de maíz de alta fructosa del 16 por ciento. Los recién nacidos amamantados por las ratas, ya sea de dietas con alta sacarosa o jarabe de maíz de alta fructosa durante el embarazo, bebían más alcohol en comparación con las crías del grupo que no tomó azúcar.
Además, los cachorros expuestos a cualquiera de las dietas ricas en azúcar antes del nacimiento o durante la lactancia, se convirtieron en hiperactivos cuando se administraron dosis bajas de anfetamina, lo que sugiere la sensibilidad a la droga. Estos animales también pesaron significativamente más al final del estudio que los nacidos de las ratas que ingirieron comida regular.
Investigaciones previas con animales de laboratorio y personas han demostrado que comer en exceso alimentos de buen sabor altera sistemas cerebrales de recompensa, y las dietas con exceso de grasa y azúcar pueden causar un aumento del apetito, así como algunos comportamientos como la adicción, según el principal científico de este trabajo.
«Nuestros hallazgos sugieren que incluso cuando las ratas están todavía en el útero, la exposición a dietas altas en grasas y ricas en azúcar puede, además de aumentar el peso corporal, conducir a una predisposición a beber alcohol y una sensibilidad a las drogas«, concluyó.