Siempre se ha hablado de la importancia de consumir productos lácteos durante la infancia. Sin embargo, los pediatras no suelen ponerse de acuerdo a la hora de determinar cuántos vasos de leche tienen que tomar los niños cada día.
Un reciente estudio llevado a cabo por científicos canadienses, publicado en la revista ‘Pediatrics’, establece que con dos tazas de leche diarias la mayoría de los niños mantienen los niveles aconsejables de vitamina D.
En la investigación participaron un total de 1.300 menores, de edades comprendidas entre 2 y 5 años, a los que se les hizo un seguimiento en lo que a la dieta y el ejercicio físico se refiere, además de tomarles muestras de sangre para controlar los niveles de hierro y de vitamina D.
De este modo se concluyó que tomar dos vasos de leche al día es suficiente para obtener la cantidad necesaria de vitamina D sin que afecte a los niveles de hierro, ya que los productos lácteos pueden interferir en su absorción.
No obstante, existen factores como la estación del año, el uso del biberón, la pigmentación de la piel, o la masa corporal, que pueden variar las cantidades de leche necesarias para conseguir un balance adecuado entre la vitamina D y el hierro. En invierno, por ejemplo, los niños con una piel más oscura necesitan más leche, entre tres o cuatro tazas diarias, para obtener los niveles suficientes de vitamina D.
Por otro lado, los bebés que sólo se alimentan con biberón tienen dificultades para mantener unos niveles óptimos de vitamina D y hierro por lo que los expertos recomiendan que a partir de los dos años es preferible eliminarlo como medio de alimentación porque no resulta beneficioso para la absorción de los dos nutrientes.