Hemos pasado el día de Navidad de este 2013 y nos encaminamos a toda prisa hacia los preparativos de la despedida del año. El día de fin de año, es el típico día de los buenos deseos, planes de hacer cosas nuevas y de alcanzar nuevas metas. En definitiva, uno de esos días que incluso soñamos despiertos. Pero soñar, soñamos todos los días. Al dormir soñamos y soñamos varias veces durante el proceso del descanso, incluso entre cuatro y cinco veces. El mismo acto de dormir normalmente ocurre en varias etapas en las que tendremos periodos de sueño profundo y ligero en los que no se sueña y otros periodos de sueño activo en los que incluso existen movimientos oculares rápidos, es lo que se conoce como la fase REM del sueño.
El soñar es algo involuntario. Hay muchas teorías que intentan explicar como se producen los sueños. En general los sueños son fragmentos de experiencias vividas en el que según el conocido neurólogo austriaco Sigmund Froid, se involucran varias partes diferentes del cerebro. Sin embargo, otros estudiosos de los sueños postulan a que estos ocurren por la influencia del hipocampo y de los recuerdos. El hipocampo es una zona del cerebro que tiene una gran relación con los reuerdos, y que por ejemplo en la enfermedad de Alzheimer, es una de las primeras zonas del cerebro en dañarse.
Los sueños no son todos iguales. Es tanta la variedad de los sueños, que también se han intentado clasificar. Así podemos encontrar sueños de los que somos conscientes, que serían todos aquellos sueños de los que en mitad del sueños, somos conscientes que lo que estamos viviendo es solamente eso, un sueño. Hay personas que incluso a pesar de saber que están metidos en un sueño tienen la habilidad de en ese momento de no despertarse y seguir participando en el sueño.
Otro tipo de sueños que alguna vez todos hemos vivido, son las pesadillas. La pesadilla es un sueño que se acompaña de angustia o incluso miedo. Los expertos no se ponen del todo de acuerdo sobre por qué se producen estas pesadillas. Así la psicología de la conducta parece que se inclina a que las pesadillas son productos de la ansiedad, el estrés o preocupaciones diarias que todos tenemos. Sin embargo, varios psicoanalistas se inclinan más por la teoría de que las pesadillas disfrazan un conflicto que no hemos resuelto.
También las pesadillas se han unido a problemas de salud. Así, un estudio realizado en los Países Bajos en el que participaron más de 6.000 personas, relacionaron las pesadillas con problemas de corazón. Estos investigadores teorizaron que las pesadillas pueden ser un reflejo de problemas del rítmo cardiaco ya que las personas que tenían un ritmo irregular eran más propensas a sufrir pesadillas. También en este estudio relacionaron las pesadillas con la incidencia de migrañas, ya que la migraña eran precedidas de sueños relacionados con la ira.
Todos hemos oído alguna vez la existencia de sueños que podríamos calificar como premonitorios o incluso proféticos. La ciencia trata de explicar este tipo de sueños diciendo que al ser el sueño un proceso de autoedición de los recuerdos, en los que se juntan fragmentos de información, nuestro cerebro es capaz de ordenarlos y podríamos decir que darles un sentido. Por ejemplo, surge el ejemplo de que alguna persona han intuido a través del sueño que se va a provocar un terremoto. No deja de ser una predicción.
La ciencia dice que esas personas son capaces de oír la frecuencia del movimiento de las placas de la Tierra, que es alrededor de 7,80 Herzios, y que pueden, durante el sueño, detectar una interrupción o anomalía de esta frecuencia. No obstante, no parece existir una explicación científica definitiva que de respuesta a este tipo de sueño, aunque algunas voces apuntan a que durante el sueño quizás tengamos una sensibilidad perceptiva mayor en nuestro cerebro.
Soñar, también podemos soñar despiertos. Soñar despierto es un proceso en el que la mente parece que se escapa de todo control y entramos en el proceso de la imaginación. Los estudiosos de este tema teorizan que la imaginación humana requiere una red neuronal generalizada en el cerebro. Las zonas del cerebro que parece que se utilizan para imaginar, dejan una marca en nuestra memoria que un hecho que realmente ha ocurrido. Esa parece ser la explicación de por qué a veces no recordamos bien si algo realmente ocurrió o fue un producto de nuestra imaginación.
Dice la historia que algunos sueños han sido muy importantes para ella. Desde Napoleón que planificó algunas de sus batallas desde sus sueños, o que incluso parece que la noche anterior a la batalla de Waterloo soñó dos veces con un gato negro, hasta los famosos sueños del Faraón, probablemente Amenhotep II, que soñó que del Nilo subían siete vacas gordas que pastaban. Después salieron siete vacas flacas que se comieron a las primeras, sueños que fueron asociados a los siete años de abundancia en Egipto, seguido por otros siete años de miseria.
Muchas veces hemos oído o empleado la frase estar en la Luna cuando nos referimos a alguien que esta despistado o que podríamos incluso relacionar con una persona que parece que está soñando despierta. En el sueño también la Luna parece que tiene su influencia. Unos investigadores suizos han descrito que los seres vivos duermen menos profundamente y por períodos más cortos durante la fase de la Luna llena que en otras fases lunares.