Si antes de comenzar a leer este artículo yo les preguntara cuales son las principales fuentes de radiación a las que podríamos estar expuestos, seguramente muchos de ustedes responderían las centrales nucleares, pruebas médicas de radiodiagnóstico que usan fuentes emisoras de radiación, o incluso algún arsenal militar. Pero lo que es menos sabido es que la principal fuente de radiación a la que estamos expuestos no es ninguna de esas tres y que esas fuentes de radiación consideradas artificiales en ningún caso superan el 30% de las dosis recibidas por la población. Las principal fuente de radiación a la que estamos expuestos tiene origen natural. Tanto es así que en España aproximadamente el 69,3 % de la radiación recibida por la población es de origen natural y de ella el 34% procede del radón. Otras fuentes de emisión natural de radiactividad que recibimos proceden de nuestro propio organismo, el cosmos o la propia Tierra entre otros.
El radón es un gas noble radioactivo que tiene su origen en la desintegración del uranio en radio. El radio emite una partícula radioactiva llamada alfa y en esa emisión genera a la vez radón que sale despedido a la atmósfera en sentido opuesto al de la partícula, como si fuera el retroceso de un arma. La fuente principal natural de radón es el granito. El granito está formado de varios minerales siendo los principales el cuarzo, el feldespato y la mica, pero también contiene uranio natural 238, que es diferente al uranio 235 que es el que se utiliza en las centrales nucleares.
El radón puede entrar a formar parte de nuestras vidas a través de grietas en el edificio situado sobre rocas graníticas y puede ser inhalado por las personas. Uno de los efectos principales que provoca el radón es la contaminación radioactiva de los pulmones pudiendo producir cáncer de pulmón. El radón al entrar en contacto con los pulmones es bastante inestable y produce, en alrededor de 4 días, polonio212, plomo214 y bismuto214. La Organización Mundial de la Salud considera al radón la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón después del tabaco.
Allí donde haya gran concentración de piedras graníticas, podríamos por lo tanto considerar la existencia de una posible fuente de radiación natural importante. En España existen zonas con abundante piedra granítica como es el caso de la Sierra Noroeste de Madrid o en zonas de Galicia y Extremadura. Pero también hay radón en algunos materiales de construcción como es el caso de ciertos hormigones y en algunos tipos de gres o cerámica.
La contaminación radioactiva por radón se puede medir utilizando un contador Geiger. Existen también algunas recomendaciones para reducir la contaminación por radón en las viviendas como por ejemplo intentar ventilar bien la casa, aunque esta medida solo dura unas horas y reduce menos del 20% la exposición a radón en una casa contaminada. En casa contaminadas, reparar grietas y fisuras así como crear aberturas de aireación en sótanos y entresuelos, que son las zonas en las que se acumula más radón, pueden ser medidas más eficaces.
Pero no todo lo que rodea al radón es negativo. El 6 de abril de 2009, el sismólogo italiano Gianpaolo Giuliani predijo el terremoto que sacudió a Italia midiendo las concentraciones de gas radón en zonas sísmicas activas.
Parece ser que algunos roedores son capaces de detectar el gas radón, y por lo tanto predecir precozmente el riesgo de terremotos. Esto podría explicar que antes de que un terremoto destruyera la ciudad griega de Helike en el año 373 AC, las comadrejas y los topos abandonaran sus madrigueras.