El japonés Shinya Yamanaka y el británico John B. Gurdon ganaron el Premio Nobel de Medicina este lunes gracias a su labor de investigación sobre las células madre, anunció el jurado.
«Sus descubrimientos revolucionaron nuestra comprensión sobre la manera en qué las células y los organismos se desarrollan«, dijo el comité Nobel. Así, el trabajo de los galardonados se ha centrado en la reprogramación nuclear, una técnica que permite transformar células adultas en células madre capaces de crear todo tipo de tejidos del cuerpo humano.
«Este premio», señala el texto por el que se otorga el premio, «reconoce a quienes descubrieron que las células maduras, especializadas, pueden reprogramarse para volver a ser células inmaduras, capaces de covertirse en todos los tejidos del cuerpo», subraya.
El doctor Antonio López Farré, científico, explica para Teinteresa que estas investigaciones suponen un «volver atrás en la vida», esto es, reprogramar una célula madura de la piel, del corazón, del hígado.. para que vuelva a ser pluripotencial, es decir, «que se pueda utilizar para hacer otra célula diferente».
Así, esto se podría aplicar en la medicina regenerativa. Por ejemplo, si una parte del corazón se daña como consecuencia de un infarto, se podrían extraer células de la piel del mismo paciente (para evitar el rechazo y porque de la piel son fáciles de extraer), que ya son adultas, e introducilas, previa manipulación en el laboratorio precisamente para convertirlas en pluripotenciales, en la parte dañada del tejido del corazón; se acabría convirtiendo en una célula del corazón.
O lo mismo se podría hacer con los diabéticos insulino-dependientes, que tienen carencias de céulas beta (las que sintetizan y segregan la insulina) en el páncreas. Se podrían inyectar en el páncreas células de la piel tratadas en el laboratorio y de esta manera desarrollar células beta.
Se acaba el debate ético sobre la utilización de embriones
Estas investigaciones suponen además, para el doctor López Farré, el fin del debate ético sobre el uso de embriones humanos para la extracción de células madre, ya que lo que se usan son células adultas, no embrionarias, para avanzar marcha atrás y que vuelvan a sus orígenes, el de pluripotenciales. De esta manera, se evita la utilización de los embriones humanos para experimentos de ingeniería genética.
John B. Gurdon descubrió, ya en 1962, que la especialización de las células es reversible mediante unos experimentos con ranas. Así, lo que hizo fue introducir en un huevo de rana, con células inmaduras, el núcleo (con toda su carga genética) de células maduras de intestino. Así, y a pesar de que no había células inmaduras, sino adultas, se desarrolló igualmente un renacuajo. Y esto es porque el ADN del núcleo de la célula madura aún tiene la información necesaria para desarrollar las células de la rana.
Y en 2006, Shinya Yamanaka decubrió, para su sorpresa, que introduciendo genes de células pluripotenciales en células adultas, éstas se reprogramaban para volver a sus estadíos iniciales, y así ser capaces de convertirse en cualquier tipo de células del cuerpo.
La organización de los Premios Nobel recuerda que gracias a los trabajos de estos dos investigadores, ahora sabemos que las céulas adultas no tienen por qué limitarse de por vida a su especialidad. De modo que los estudios pueden crear nuevas oportunidades de investigación sobre terapias para curar enfermedades.