La vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, destacó hoy el regreso de la paz y la calma al país tras el anuncio realizado ayer por el presidente Daniel Ortega de derogar las reformas de la Seguridad Social que provocaron las protestas en los últimos días en el país.
«Tenemos una calma y una normalidad que nos anima a todos, porque las familias nicaragüenses quieren tranquilidad, seguridad, trabajo y paz», señaló en una alocución en cadena nacional.
Esta mañana, los supermercados y algunos establecimientos en la capital volvieron a abrir sus puertas tras cerrar el domingo por los saqueos y los enfrentamientos en las calles, si bien muchos negocios todavía permanecían cerrados, mientras que las clases en los colegios continúan suspendidas hasta nuevo aviso.
Según la también primera dama, «se cancelaron las clases para tranquilidad de los padres de familia hasta nuevo aviso, hasta que todos nos sintamos tranquilos y seguros».
Desde el miércoles pasado los enfrentamientos en Nicaragua han dejado al menos 27 muertos y centenares de heridos, según datos de organismos humanitarios.
La tensión todavía reinaba hoy en el país después de que el Gobierno de Daniel Ortega derogara la reforma de la seguridad social que hizo detonar estas protestas, pero ello no calmó los ánimos y algunas calles en las distintas ciudades muestran barricadas, llantas recién quemadas, piedras, troncos cruzados y desolación.
Estudiantes y representantes de la oposición dijeron el domingo que «la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros», como afirmó la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.
Desde que comenzaron las protestas, la Cruz Roja Nicaragüense ha contabilizado también 428 heridos, de los cuales 235 han necesitado traslado a los hospitales.
Los enfrentamientos entre estudiantes y la Policía no han cesado en Managua.
Esta madrugada, estudiantes atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en la capital, se enfrentaron a las autoridades, mientras que en el interior del país muchos manifestantes permanecieron en la calle durante la noche, sin registro de incidentes.
Hoy se espera una gran marcha «por la paz y el diálogo» convocada por los empresarios, que condicionaron un diálogo con el Gobierno al «cese de la represión y la liberación de los detenidos», entre otros.