Las protestas se han expandido hoy por la región de Oromia en Etiopía tras las más de 50 muertes registradas ayer en una estampida desencadenada por la represión policial contra proclamas antigubernamentales durante una fiesta tradicional, según fuentes gubernamentales y de seguridad.
Grupos de manifestantes han incendiado locales del gobierno municipal y otros edificios públicos para condenar la opresión que sufre la población de Oromia, donde en el último año han fallecido más de 400 personas víctimas de acciones policiales durante las protestas.
Estas nuevas protestas se han extendido a varios lugares de esa región etíope, hogar del grupo étnico más numeroso del país, los oromo, afirmó el portavoz policial de Oromia, Sory Dinqa, en declaraciones a la televisión estatal etíope.
«Durante el día de hoy ha habido intentos de bloquear carreteras y quemar propiedades en varias zonas de la región. La Policía trabaja para impedir estos incidentes», agregó.
En medio de un creciente malestar, Etiopía vivió hoy la primera jornada del luto de tres días que el Gobierno de Hailemariam Desalegn ha decretado tras la tragedia de ayer.
Al menos 55 personas murieron cuando una multitud de personas celebraba en la localidad de Bishoftu, a unos 40 kilómetros de Adis Abeba, la Irrecha, la gran ceremonia anual de los oromo, según medios progubernamentales.
En medio de esta celebración tradicional, algunos asistentes empezaron a agitar banderas de la región y corear consignas contra el Gobierno, al que acusan de perseguirles de manera injustificada.
Vídeos difundidos hoy en redes sociales muestran a miles de personas cantando pacíficamente «Abajo ‘Woyane'», que significa «rebelde» en lengua tigriña y alude a la minoría que controla el régimen en Etiopía desde 1991.
La Policía respondió a estos cánticos lanzando gases lacrimógenos y munición, lo que hizo que muchos de los asistentes comenzaran a correr, en una huida que terminó para muchos en zanjas de hasta 15 metros de profundidad que rodeaban el lugar y de donde todavía hoy se están recuperando cadáveres.
La cadena de televisión Fana Broadcasting Corporation, afín al régimen etíope, ha cifrado en 55 el número de muertos, mientras que activistas oromo y opositores hablan de centenares de fallecidos solo durante la jornada de ayer.
Cerca de tres millones de personas celebraron ayer en todo el país la Irrecha, que podría ser calificada como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO este año.
Desde noviembre de 2015, Etiopía ha registrado una ola de protestas sin precedentes y más de 500 personas han muerto como consecuencia de la represión de las fuerzas de seguridad en las regiones de Oromia, en el centro sur del país, Amhara, en el norte, y Konso, en el sur.
Las manifestaciones se originaron tras la aprobación de un plan urbanístico para expandir Adis Abeba, lo que puede poner en peligro las tierras de cultivo de los oromo, un pueblo tradicionalmente agrícola y seminómada, aunque finalmente el Gobierno decidió retirar su proyecto.
Organismos como la Unión Europea han instado al Gobierno de Etiopía a utilizar los mecanismos constitucionales vigentes para alcanzar una solución pacífica en este conflicto.