El presidente de Malaui, Bingu wa Mutharika, de 78 años, fue hoy ingresado de urgencia en un hospital por un problema cardíaco, informaron los medios malauíes.
Mutharika se desmayó durante una audiencia y fue trasladado al Hospital Central de Kamuzun en Lilongwe, la capital del país, según informaron fuentes de la presidencia citadas por la web del diario «Nyasa Times».
El jefe de Estado fue internado en la unidad de cuidados intensivos del hospital, que tuvo que ser acordonado por las fuerzas de seguridad, indicaron las citadas fuentes.
Según el periódico «The Daily Times», que citó fuentes del centro médico, la esposa del mandatario, Callista Mutharika, algunos de sus hijos y miembros del Gobierno han visitado al presidente.
De momento, no se ha divulgado el estado en que se halla el gobernante, aunque la Constitución malauí estipula que si el presidente queda incapacitado para ejercer sus funciones o muere, el vicepresidente (Joyce Banda, en este cargo) asume el poder.
Mutharika dirige Malaui, uno de los países más pobres del mundo, desde 2004, cuando venció en las elecciones.
El mandatario, reelegido en 2009, se ganó al principio una reputación de demócrata reformista que en 2011 se vio erosionada por las protestas masivas en el país contra el alza de los precios, la falta de combustible y la corrupción del Gobierno.
Además, las críticas a Mutharika se han incrementado desde el año pasado, cuando la embajada del Reino Unido comentó, en un documento privado filtrado por la web WikiLeaks, que el mandatario malauí se estaba volviendo «autocrático e intolerante».
La respuesta del presidente de Malaui fue expulsar al embajador británico destacado en el país africano, Fergus Cochrane-Dyet.
Tras este hecho, varios países occidentales decidieron retirar las ayudas al desarrollo destinadas a Malaui.