Hay una crisis de la actividad política en cuanto tal. Parece que no resuelve los problemas de los ciudadanos. Hay una separación de los políticos y la ciudadanía.
Creo que tenemos una crisis de legitimidad de todo el sistema político. La Corona, el Gobierno, el Parlamento, los jueces parece que no saben resolver los problemas más graves, vemos una politización sectaria de las instituciones. La dificultad de resolver el encaje institucional de determinadas zonas dentro del Estado. En Cataluña se percibe una sensación de autismo político. Las instituciones políticas se han convertido en una superestructura autorefencial desligada de la ciudadanía. Podemos decir que el Estado es inútil, dicho de forma brutal, y más en una época de crisis.
También veo que la política se ha convertido en una actividad de los políticos desligados de la ciudadanía. Si los ciudadanos viesen que hay mayor utilidad, se implicarían más. Pero vivimos en la sociedad de lo inmediato. Tendríamos que encontrar mecanismos para que haya más fluidez. Que la clase política viese señales de más proximidad. Introducir elementos de humildad y austeridad en el Estado. Y más lealtad y menos sectarismo.
Habría que hacer una regeneración educativa de la ciudadanía para que vea que la política sirve para algo. Para mi, no es tanto una cuestión de instituciones como unas cuestión de políticas humanas, que deberían de ser más constructivas. Nos han educado en cierto conformismo, en una democracia poco participativa, y esto habría que cambiarlo por una vía educativa, para que se vea que la política sirve para cambiar cosas. Por eso ha surgido esta gran crisis, que no solo es económica, sino también moral en el sentido más estricto del termino, en la manera de vivir. Tendríamos que saber vivir de otra manera. Y esto es muy complicado.
– Joan Lluís Pérez-Francesch es profesor de Ciencia Política y Derecho Público de la Universidad Autónoma de Barcelona.