El sueño de Mas se ha vuelto una pesadilla. La gran mayoría que él vio durante las manifestaciones de la Diada no eran el reflejo de lo que él pensó. Espejos deformados, ya lo dijo Valle Inclán. La realidad no era la que él tenía en la cabeza, y todo hay que decirlo, la que los medios expresaban díaa a día señalando que los catalanes habían perdido el seny, indiferentes a una Catalunya fuera de Europa, de la Liga y caminando hacia el abismo por libre. Nada de eso. Mas ha pagado con un varapalo histórico (el cuarto peor resultado de la historia de CIU) el día que pensaba que se convertiría en el Mesías catalán. No son los catalnes partidarios de los excesos ni de los experiementos.
En el fondo, lo que Mas ha dejado claro es que ha querido subirse a una ola que no era la suya y sí la de Junqueras, de ERC. Él ha sido uno de los grandes beneficiados del resultado electoral y ahora va a ser el puñal de Mas si este decide caminar a su lado. CIU deberá elegir entre paliar la crisis, que la gente no ha olvidado porque los recortes en el bolsillo valen más que los sueños, o seguir el camino soberanista. Ahora dependerá para ambas cosas de ERC y caminar de la mano puede ser una nueva huida hacia delante. Es cierto que el soberanismo, como dicen desde Catalunya domina el parlamento catalán, pero no lo es menos que Ciutadans ha triplicado sus votos con un idea totalmente diferente: España, Catalunya y Europa.
Y también que el PSC se ha hundido, pero menos de lo que señalaban las encuestas. El PSOE está roto, va cuesta abajo y debe hacérselo mirar porque su marca empieza a causar vértigo, pero son muchos los que han preferido el mal menor sin lanzarse a los brazos del PP, que se mantenido.Lo que no es malo porque el PP también recorta, pero sube un escaño.
¿Será capaz de Mas delanzarse a los brazos de ERC? La experiencia del tripartito puede ser una gran lección para él. Desastre económico y rencillas día a día. Programas imposibles porque la caja está vacía. Más mirada social, pero ¿y el dinero? Y si lo que quiere es lanzarse al plan soberanista siempre va a estar por debajo o por detrás de ERC que sabe lo que quiere. Ahora Mas pide a ERC la responsabilidad que él no ha tenido.
Y en Catalunya cómo ha sentado el golpe. Al prinicpio ha causado estupor. CIU enredado en su propia madeja. Pero el boom de ERC ha supuesto para muchos el respiro de no haber hecho el ridículo total.
Carles Capdevila, director del diario ARA, en la tertulia de TV3 dejaba claro que «Cuando el voto soberanista se divide no es porque se haya querido levantar una cortina de humo para evitar que se hable de la crisis que padece Catalunya y de la gestión de Mas, sino que la gente ha decidido repartir entre varios quién lo llevará a término. Desde el otro lado, alguien ha de ver que esto se ha movido, y se ha movido para quedarse. «Además de la crisis, tenemos un problema más grave: los presupuestos. Vamos a ver cómo harán a partir de ahora los recortes. Mas ha admitido una seria dificultad tras el resultado electoral. Artur Mas y Oriol Junqueras tienen un reto. La incógnita es la capacidad de que se entiendan y lo hagan posible».
Es un diagnóstico con muchos acólitos y con poca memoria del desastre que ha supuesto ERC en los Gobiernos. En Junqueras se confía, pero… Miquel Molina, subdirector de La Vanguardia, en la tertulia de TV3 decía que Mas no va a renunciar más que un «vamos a por ello». Vamos a ver a partir de ahora si este empuje al soberanismo continuará o le darán carpetazo. Visto lo visto, no hacía falta este viaje tan pesado para estar alforjas que ahora sí que están cargadas. Mas sabe que está al borde del abismo. Veremos si ahora actúa con coherencia o sigue tocando arrebato. Mas tiene la posibilidad con sus 50 escaños de pactar con ERC, con PSC (y caminar por ese federalismo que nadie sabe bien en qué consiste pero guardar las formas) o con el PP (lo cual sería lo lógico para superar la crisis pero imposible para sus votantes. De su elección depende el futuro de Catalunya, de CIU y de él mismo,