Las manifestaciones de hoy por el Día de la Nakba (Catástrofe, en árabe) fueron dispersadas y terminaron con al menos diez heridos, tras la intervención del Ejército israelí en las áreas cisjordanas de Belén y Ramala.
Según la agencia de noticias Maan, al menos tres personas fueron hospitalizadas en Belén y siete en la gobernación de Ramala, durante las protestas organizadas por los palestinos para conmemorar hoy la desposesión y el exilio que para ellos supuso la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948.
«Se celebró una marcha desde la tumba de (el que fuera presidente palestino) Yaser Arafat, que se dirigió hasta la colonia de Beit El y el control militar israelí donde comenzaron los disturbios», explicó a Efe Issam Bakr, testigo y portavoz de la red de ONG palestinas (PNGO).
El Ejército de Israel calificó las manifestaciones de «violentas» y aseguró que varios participantes arrojaron piedras contra los uniformados.
«Los soldados respondieron con gases lacrimógenos y pelotas de goma para prevenir una escalada de violencia», argumentó una portavoz militar a Efe, que confirmó también el uso de munición en la protesta de Ramala.
Hace 69 años que una coalición de siete países árabes declaró la guerra a Israel el día después de su nacimiento, una contienda que supuso la destrucción o despoblación de 400 pueblos y ciudades palestinos y terminó con la expulsión o huida de alrededor de 700.000 palestinos.
Pese a ser uno de los días más emblemáticos del calendario palestino, los actos quedaron eclipsados por las reivindicaciones de apoyo a la huelga de hambre indefinida que secundan cientos de presos palestinos desde el 17 de abril para pedir una mejora de sus condiciones de encierro.
«Aunque otros años se incidió más en el derecho al retorno, que recogen las resoluciones internacionales, esta vez ha estado muy presente el apoyo a los presos porque muchas familias están preocupadas por la salud de los encarcelados», comentó Bakr.
Mañana se cumplen 30 días desde que el preso y líder de Al Fatah, Marwan Barguti, que cumple cinco cadenas perpetuas por participar en el asesinato de cinco israelíes durante la Segunda Intifada (2000-2005), iniciara una huelga de hambre indefinida.
Según declaró a Efe el Servicio de Prisiones, desde entonces unos 870 reos secundan el ayuno, una cifra que las autoridades palestinas elevan hasta los 1.800.