La coalición de partidos de derechas para las elecciones del próximo domingo en Italia, en la que se encuentra la formación del ex primer ministro Silvio Berlusconi, escenificó hoy su unión y afirmó que, si no logra mayoría, se producirá un caos político.
El acto, celebrado en el Templo de Adriano de la capital, sentó en el mismo escenario a Berlusconi; al líder de la ultraderechista Liga Norte (LN), Matteo Salvini; a la de la posfascista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, y al de la derechista Quarto Polo, Raffaele Fitto.
Berlusconi, quien moderó el acto ante decenas de asistentes, pidió reclamar el voto en el último día de campaña antes de los comicios y animó, incluso, a llevar a las «tías ancianas a votar» por la coalición de derechas.
El ex primer ministro -inhabilitado políticamente, pero en campaña- dijo que tiene «muy fundadas esperanzas en alcanzar» el Ejecutivo italiano, una opción no amparada por los sondeos, que, aunque colocan a su coalición a la cabeza, no le otorgan la mayoría para gobernar.
Por otro lado, trató de disipar las dudas sobre la solidez de la coalición, sobre todo con Salvini, y dijo que es «normal» que haya «pequeños problemas de diversidad» porque son una conjunción de partidos y no una única formación.
En cualquier caso, defendió que el objetivo de la alianza, en caso de gobernar, será «mostrarse como una única fuerza de agresión para todo lo malo que ha traído la izquierda», que ha gobernado durante los últimos cinco años.
Abordó el tema de la gestión de la inmigración masiva y aseguró que uno de los problemas a tratar será «el gran fracaso de la izquierda, que ha traído 600.000 (inmigrantes) clandestinos más, que para comer deben recurrir al robo».
«Hace falta una revolución y somos unos revolucionarios distintos», defendió el líder conservador, de 81 años.
Meloni, por su parte, animó a sus militantes a reclamar el voto para la coalición porque es la única fuerza capaz de ganar las elecciones.
«El domingo habrá dos opciones: o gana el centroderecha o el caos. Ninguna fuerza puede tener una mayoría. Si no ganamos, supondrá la convocatoria de nuevas elecciones o los pactos secretos para formar gobierno», alertó Meloni, que quiere «un gobierno de patriotas».
También Salvini pronunció un discurso centrado en los presuntos peligros de la inmigración irregular y realizó su habitual defensa de los intereses italianos frente a la globalización e, incluso, la Unión Europea.
«Alguno dice ‘Más Europa’ y yo digo ‘Más Italia’. Son los italianos quienes deben ser protegidos de invasiones. Gobernaremos en una Europa que haga pocas cosas, pero bien, como defender las fronteras», avanzó.
Y agregó: «No vamos a gobernar un país que permite, por culpa de normas europeas equivocadas, que lleguen a nuestras mesas arroz camboyano, aceite tunecino, naranjas marroquíes, leche polaca y otras cosas asquerosas con fertilizantes prohibidos».