1. La ‘corrupción’ tampoco pasa factura en Podemos
Si el aforismo de Podemos es cierto (el electorado del PP no es refractario a la corrupción porque le sigue votando a pesar de los escándalos), habrá que convenir por la misma regla de tres que la militancia de la formación morada es partidaria de la especulación con la vivienda pública y condescendiente con la incoherencia que supone comportarse en la vida privada de forma distinta a como se reclama en el desempeño público.
Ramón Espinar, el brazo armado de Pablo Iglesias en Madrid, se ha impuesto a los ‘errejonistas’ y el escándalo de su piso de protección oficial no le ha pasado factura. La plusvalía obtenida por la venta de una vivienda de protección oficial en un pueblo en el que no residía y tras libre adjudicación, no ha sido rémora para hacerse con el liderazgo.
2. Podemos ha elegido camino: dar miedo
La batalla de Madrid debía resolver la que Iglesias («El día que dejemos de dar miedo a los sinvergüenzas, a los corruptos, a los responsables de la desigualdad, a los que se enriquecen a costa del sufrimiento de la gente, ese día seremos uno más y no tendremos ningún sentido como fuerza política») y Errejón («A los poderosos ya les damos miedo, ese no es el reto. Lo es seducir a la parte de nuestro pueblo que sufre, pero aún no confía en nosotros») ya habían mostrado en público y de forma descarnada a través de Twitter. Los militantes de Podemos han resuelto la disyuntiva.
Toda la opinión publicada que intentó seducir a la opinión pública con la idea de que Podemos evolucionaría hacia la socialdemocracia para acabar integrándose en las instituciones, en una transición de fondo y forma semejante a la que en su día siguió el PSOE –decían-, ha quedado desacreditada. Iglesias se ha impuesto a Errejón gracias a la decisiva alianza forjada con Anticapitalistas, facción situada en el extremo más a la izquierda de la izquierda de Podemos.
3. Ahora, las purgas
Coincidiendo con el 79 aniversario de la expulsión de Trotski del Partido Comunista, Ramón Espinar ha puesto en marcha la purga de los críticos. El que fuera candidato y ahora portavoz de Podemos en la Comunidad de Madrid tiene los días contados. José Manuel López apoyó la candidatura derrotada y Espinar tardó minutos en dejarle el mensaje: “Cuando uno pierde un proceso interno tiene que dar un paso atrás”. Así que López ya sabe lo que le espera.
4. El PSOE respira aliviado
Tras su pacto con IU, Podemos se dejó un millón de votos. Y el primer CIS postelectoral, elaborado en plena crisis del PSOE, tampoco le otorga mayor respaldo popular. La caída de los socialistas es importante, pero de ella no se beneficia Podemos. La radicalización de los de Iglesias es oxígeno para los socialistas, pues el estancamiento de la formación morada les permite dedicarse a la reconstrucción interna sin el estrés de que la fuga de respaldo popular esté engordando a Podemos.
5. Gana el sistema
La democracia española va a seguir albergando un partido nacional rupturista, volcado en la calle más que en las instituciones. Sin embargo, el rechazo de la transversalidad que defiende Errejón hará muy difícil el entendimiento futuro con un PSOE que no parece vaya a reconstruirse bajo una propuesta de buscar aliados entre quienes jalean a Rufián. El portavoz de la Gestora socialista, Mario Jiménez, ha lamentado este sábado que en Podemos se haya impuesto «la facción más antiPSOE».