Iñigo Urkullu, el presidente del PNV y candidato a lehendakari en las próximas elecciones vascas del 21 de octubre, asegura en una entrevista a »El Mundo» que «la palabra secesión es demasiado grande» en el mundo actual en el que vivimos y que no planteará pasos hacia un referéndum independentista sin trabajar el consenso, en el caso de que gane los comicios. De esta manera se pronuncia sobre la corriente soberanista en Cataluña y la intención del presidente catalán Artur Mas de convocar una consulta popular sobre el proyecto de secesión.
Urkullu, a quien las encuestas dan como ganador aunque seguido de cerca por Bildu, considera que en estos momentos «hay que ir más allá del titular y la sal gorda», en alusión a las reacciones a la Diada, y remarca que ahora «lo prioritario es la crisis económica».
Sobre la gestión de la crisis, el candidato del PNV sostiene que si llega a Ajuria Enea no tocará ni la sanidad, ni la educación, pero admite que habrá que «hacer ajustes en gastos superfluos».
Sobre ETA y las declaraciones de Arnaldo Otegi, dirigente de la ilegalizada Batasuna, pidiendo perdón a las víctimas del terrorismo, Urkullu manifiesta que espera que sea «sincero» en sus disculpas, pero advierte de que «solo hay una manera de asegurar que nada de lo que ha pasado vuelva a repetirse» y es a partir de «una revisión crítica del pasado».
Iñigo Urkullu piensa que «el Gobierno tiene abiertas vías de información con ETA directas e indirectas» y añade que si ganas las elecciones no tendrá inconveniente en que su Ejecutivo hablará con la banda terrorista sobre el desarme y la disolución.
Con respecto al caso Bolinaga, defiende que se ha cumplido la ley penitenciaria, que no ha habido privilegios, pero dice entender el dolor de las víctimas porque el terrorista no ha mostrado ningún arrepentimiento. Añade que su caso causa «repulsa en el plano ético y político».
El candidato del PNV tiene claro que si gana prefiere gobernar solo, más que establecer un pacto con Bildu o el PSE. «Contrastaremos programas, pero igual corresponde gobernar en solitario. Y si toca, con apoyos puntuales.