El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha considerado hoy que el hecho de que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acepte las elecciones autonómicas del 21 de diciembre es «un paso muy importante para proceder a la distensión» en Cataluña.
El lehendakari ha hecho estas afirmaciones en Quebec, tras mantener una reunión con el Primer Ministro de esta provincia canadiense, Philippe Couillard, quien se ofreció como mediador en la crisis catalana aunque el Gobierno de Rajoy rechazó esta posibilidad.
En la comparecencia de prensa posterior a la rúbrica de un memorando de entendimiento el lehendakari ha puesto en valor que Puigdemont «dé por buenas» las elecciones autonómicas del 21 de diciembre y que «exija respeto» a los resultados, porque es «un paso muy importante para la distensión».
«Las cosas tienen que ir a mejor», ha afirmado Urkullu, al tiempo que ha pedido al Gobierno español que «considere las consecuencias de la falta de diálogo democrático» que pueden incluso derivar en una «fractura social».
Ha defendido por ello que los responsables institucionales «no deben provocar más problemas de los ya existentes», sino que deben «solucionar» los que están encima de la mesa.
El lehendakari, que ha elogiado el «modelo» de Quebec de consulta pactada y legal, ha explicado que Canadá cuenta una Ley de Claridad para regular los referéndum independentistas y que sus distintas provincias tienen capacidad para convocarlos, una posibilidad que en España no existe, ha lamentado.
Al igual que hizo ayer en la primera jornada de su visita a Canadá, ha reclamado que el Estado español asuma «de una vez por todas» que es un país plurinacional y se reformule para adaptarse a esa realidad.
También el Primer Ministro quebequés se ha pronunciado sobre la situación en Cataluña, una crisis en la que su Gobierno se ofreció como mediador dada la «experiencia útil» de Quebec en consultas independentistas, pero la iniciativa no prosperó porque era necesario que «las dos partes tuvieran voluntad».
Urkullu ha censurado que el Gobierno de Rajoy «desde el minuto uno se negó a la mediación fuera de quien fuera», aunque ha matizado que en el caso de Euskadi no quiere la participación de agentes externos, sino una relación «bilateral» con el Ejecutivo español, al que pide que «tome nota» de la experiencia de Quebec.
Philippe Couillard ha defendido el diálogo como «única vía» para solucionar la crisis catalana y ha considerado que la comunidad internacional «no entiende lo que pasa en España».
Cree en todo caso que si dos gobiernos no llegan a un acuerdo sobre una consulta de independencia, esta solo podría estar justificada en casos de violencia, represión y de vulneración de derechos humanos, algo que no ocurre en Cataluña.
Rechaza por tanto movimientos «unilaterales» y llama a un acercamiento entre los Gobiernos de España y Cataluña.
El primer ministro entiende que en el caso de Quebec, que tiene un procedimiento reglado para estos procesos, «en este momento no es realista plantear una consulta» secesionista porque la «gran mayoría» de la población tiene «sentimiento de pertenencia» a Canadá aunque al mismo tiempo muestren una «identidad propia fuerte».