La Unión Europea (UE) confió hoy en encontrar una solución este año para la completa aplicación del acuerdo de asociación con Ucrania y la supresión de visados a ciudadanos ucranianos, con ocasión de una cumbre entre ambas partes.
«Puedo prometerles que no les dejaremos atrás. Tenemos nuestras propias limitaciones pero continuaremos los esfuerzos para cumplir sus expectativas», dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a su homólogo ucraniano, Petró Poroshenko, en una rueda de prensa al término de la reunión.
La cita, en la que Tusk felicitó al país por seguir llevando a cabo «amplias reformas en condiciones extremadamente difíciles», sirvió a la UE para hacer un balance de las relaciones bilaterales con un socio que considera «clave» en el tránsito del gas ruso hacia Europa, en el tercer aniversario de la revolución ucraniana proeuropea del «Maidán».
«Hace tres años el pueblo ucraniano hizo una revolución conjunta por la firma del acuerdo de asociación», recordó Poroshenko, quien pidió «ratificarlo y hacer que funcione plenamente».
El acuerdo de asociación UE-Ucrania, que fue muy criticado por Rusia e incluye un tratado de libre comercio, está en vigor provisionalmente desde este enero hasta que los parlamentos nacionales de los Veintiocho lo ratifiquen.
Por el momento, el escollo se presenta en Holanda, donde la mayoría de sus ciudadanos lo rechazó en un referendo.
«Mi meta es clara: concluir el proceso de ratificación del acuerdo de asociación no sólo por sus beneficios económicos, sino lo que es más importante, por su significado geopolítico», dijo Tusk.
El político polaco aseguró que «trabaja firmemente» con el primer ministro holandés, Mark Rutte, para lograr una solución en la cumbre de líderes europeos de diciembre.
El acuerdo, un «símbolo de la lucha del país por nuestro futuro europeo», según Poroshenko, ya da frutos como un aumento de más del 5 % en las exportaciones ucranianas al mercado comunitario.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, se refirió a que espera que la UE solucione las últimas trabas para la liberalización de visados a los ciudadanos ucranianos, ya que Ucrania «ha cumplido su parte», para «finales de año».
Los países y la Eurocámara aún deben ponerse de acuerdo sobre el mecanismo de suspensión de visados y la justificación que los Estados miembros podrían dar para volver a introducirlos.
«Pedimos a los europeos que cumplan todos sus compromisos», insistió Poroshenko en referencia a los visados.
En lo que se refiere al conflicto con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, Tusk dejó claro que la UE «sigue vinculando» las sanciones impuestas a Moscú por su papel en esa crisis a «la total aplicación» de los acuerdos de paz de Minsk, y recordó que el asunto se abordará en la UE de nuevo antes del Consejo Europeo de diciembre.
Preguntados por cómo puede influir en esa crisis la elección como próximo mandatario de Estados Unidos de Donald Trump, que se ha mostrado próximo al presidente ruso, Vladímir Putin, Poroshenko dijo que su país «tiene un apoyo bipartidista fuerte en el congreso de EEUU, entre sus políticos, tanto demócratas como republicanos», y señaló que «no esperamos cambios significativos en ese apoyo».
Por su parte Tusk, que al igual que el presidente ucraniano ya ha hablado por teléfono con Trump, afirmó que «su reacción fue, en general, al menos prometedora en comparación con algunos anuncios hechos durante la campaña» electoral.
En los márgenes de la cumbre las partes firmaron varios programas para apoyar la descentralización, la lucha contra la corrupción y el Estado de derecho en Ucrania, en el marco de un paquete prometido por la UE de 300 millones de asistencia.
Además, la Unión confirmó hoy que dará a Kiev otros seis millones de euros para respaldar las políticas comunitarias y el orden público y cinco millones adicionales, para apoyar a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en la zona en conflicto, a la que ya ha aportado 25 millones de euros.
Por último, firmaron un memorando de entendimiento para una asociación estratégica en energía, que prevé una cooperación reforzada en diferentes políticas relacionadas con ese sector.