Unas 700 familias evacuadas de las afueras de Damasco han sido reubicadas por Turquía en la región de Afrín, en el noreste de Siria y de mayoría kurda, después de que el ejército turco y sus aliados tomaran el control de la zona el pasado marzo, denunció hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG aseguró que «con el fin de llevar a cabo un cambio demográfico (en la región), Turquía ha convertido Afrín en el destino de los evacuados», que son combatientes rebeldes, sus parientes y civiles que abandonaron varias poblaciones de las afueras de la capital gracias a acuerdos con las autoridades sirias.
Según el Observatorio, a los habitantes originarios de Afrín, que fueron expulsados anteriormente de sus hogares por la ofensiva turca sobre la zona, se les impide regresar.
Las últimas personas que van a ser asentadas en Afrín son los combatientes y civiles que salieron esta semana de la población de Al Dumair, al norte de Damasco, y que está previsto que lleguen a la zona de Yindiris, en el suroeste de la región de Afrín.
Según la fuente, el pasado 16 de abril las autoridades turcas reubicaron a unas 150 familias de Guta Oriental en Afrín, donde ocuparon casas abandonadas por sus habitantes durante la ofensiva que desarrollaron las tropas de Ankara y facciones sirias aliadas entre los meses de enero y marzo.
Esa operación tenía como objetivo expulsar del área a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), la principal milicia kurdosiria, que Turquía considera terrorista por sus vínculos con la guerrilla kurda presente en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La ONU alertó el pasado viernes de la gravedad de la situación humanitaria en Siria por el «desplazamiento masivo» de cerca de 700.000 personas en lo que va de año.
El organismo internacional destacó la gravedad de la situación en zonas como Guta Oriental, Idleb, Afrín o Al Raqa.