Tailandia ha iniciado los preparativos para repatriar a los refugiados birmanos, así como buscar alternativas para los que no quieran volver a Birmania (Myanmar), informa hoy la prensa local.
Los refugiados han empezado a ser divididos entre los que quieren volver, los que prefieren permanecer en Tailandia y los que desean ser acogidos en un tercer país, afirmaron fuentes militares al periódico «Bangkok Post».
Se estima que hay unos 130.000 refugiados birmanos repartidos en nueve campos en la frontera, que las autoridades quieren cerrar en los próximos doce meses.
El pasado viernes, el jefe de la junta militar tailandesa, Prayuth Chan-ocha, reveló un acuerdo con el Gobierno birmano para repatriar a los refugiados y cerrar los campos gestionados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Los que decidan volver voluntariamente recibirán tierras y ayuda financiera durante el primer año.
De momento, las autoridades tailandesas no han explicado si permitirán permanecer a los birmanos que no deseen regresar a su país.
Birmania atraviesa una etapa de reformas de cariz democrático desde que la última junta militar se disolvió y traspasó el poder a un Gobierno afín, en 2011.
La comunidad internacional, incluidos las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea, han aplaudido el proceso de cambios de corte democrático impulsado por el presidente birmano, Thein Sein.
No obstante, las autoridades birmanas se enfrentan a importantes problemas debido al hacinamiento de más de 120.000 musulmanes, en su mayoría de la minoría étnica rohingya, en campos de desplazados en el este del país y el conflicto contra la guerrilla kachin en el noreste.